Las redes sociales han puesto en boca de todos el drama de WhatsApp, sus actualizaciones y su incesante deseo por monetizar una plataforma que hasta ahora se sabe le costó a Facebook 22 mil millones de dólares en el 2014, pero que no han explotado su potencial, a diferencia de otras en el mercado que ofrecen publicidad para empresas y más; en el caso de Telegram, su fundador ha asegurado que tiene resuelto el costo de la compañía gracias a su generoso bolsillo, lo cual lleva a pensar que este está a punto de agotarse en recursos puesto que también planea buscar formas de ganar activos, pero ninguno pretende cobrar por sus funciones, dejando una pregunta tácita: ¿De qué viven estas empresas? La audiencia ya no se deja manipular Este año WhatsApp pretendía dar un ambicioso paso en dirección a obtener ganancias de su plataforma, por lo cual notificó a sus usuarios de cómo la empresa principal, Facebook, comenzaría a administrar datos como dirección IP y más, con la intención de ser usada con fines de marketing. Muy al contrario a lo que la compañía anunció por el ya olvidado 2016 cuando aseguraban que “la respuesta a si se introducirá publicidad de terceros es... no”. Lamentablemente para Mark Zuckerberg, esta vez se encontró con un público susceptible y menos maleable por antiguos escándalos como Cambridge Analítica y la desconfianza por el uso de información personal, lo que inició una migración masiva a plataformas como Telegram. La aplicación rusa se pronunció con burlas y declaraciones en las redes sociales: “La gente ya no intercambia su privacidad por servicios gratuitos. Ya no quiere ser tomada como rehén de los monopolios tecnológicos” opinó el multimillonario de 36 años, Pavel Durov, fundador de Telegram. Pese a que Telegram se avizora como una plataforma que defiende la privacidad de los usuarios, está no está exenta de sufrir las necesidad de pagar sus cuentas, y ahora con más de 500 millones de usuarios gracias a los errores de WhatsApp, parece que los planes de monetizar la app de Pavel tomarán más fuerza que antes, ofreciendo a sus clientes lo mismo que ofrecen sus competidores: audiencia. De una forma u otra el público sigue siendo la mercancía con la que las redes sociales atraen inversores.