Reconocer a la mujer es un deber histórico e innegable, destinado a llenar un gran vacío en cuanto a la visibilidad de innumerables personas se refiere, bien se trate de publicistas, marketeras, comunicadoras o aquellas destacadas que desde diferentes posiciones han sido omitidas de la historia. Esto no es un simple discurso o una excusa para crear otro evento social; el mundo está plagado de hechos y relatos que demuestran que por largas décadas la industria laboral fue un espacio para hombres y que honrar públicamente a las mujeres, más que apelar a la vanidad, es una acción necesaria. Si repasamos la historia, los casos inequidad e injusticia hacia las mujeres abundan. ¿Empezamos por nuestra propia industria? El sector publicitario fue por mucho tiempo el epicentro de denuncias debido a las barreras que frenaban el ascenso de las profesionales en sus esferas. Pese a tratarse de un ecosistema “moderno”, fue por largo tiempo el menos progresista. Los altos cargos eran ocupados por hombres que perpetuaban la idea de que en la publicidad no había mujeres capaces ni creativas. Los datos lo confirman: un estudio elaborado por Ipmark señala que mientras el 58 % de licenciados en publicidad son mujeres, solo el 8 % escala hacia puestos directivos. Otro ejemplo de escándalo, en un rubro totalmente distinto al nuestro, sucedió hace 79 años. En 1952, un hito de la ciencia se escribió gracias al trabajo de Rosalind Franklin, una científica contestaría que a través de la técnica de rayos X obtuvo la imagen crucial para deducir la estructura de la molécula de ADN. La historia explica que el hallazgo fue mostrado -probablemente sin el permiso de Franklin- a tres hombres: Jim Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins, a quienes se les atribuyó todo el reconocimiento y, diez años después, recibieron el Premio Nobel sin siquiera nombrar a su colega en el discurso de agradecimiento. Lo irónico es que, si Rosalind Franklin hubiese recibido este honorífico galardón, apenas sería la undécima mujer en ser obtener de un premio que, para la fecha, registraba más de medio centenar de vida, lo que quizás nos permita dimensionar cuántas veces un sistema dominado por los hombres ha limitado el aporte y la participación de las mujeres en toda clase de industria. CONTINUAR CONTINUAR