Fórmula del éxito Llegados a este punto, algunos ya habrán notado que las campañas más significativas para ese día no hablan del producto estelar de la compañía, sino de un creativo relato sobre la figura materna -y muy asociado a sus valores de marca- con el que la mayoría empatiza. Pero este formato, poco común hace algunos unos años, anotó otro gran referente en su historia que casi dictó la norma obligatoria de cómo aplicar el storytelling cuando se alude a dicho personaje. En el 2010, P&G lanzaba su campaña “Thank you, mom” para los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver de ese mismo año. Aunque en principio no se entendía la relación entre la marca y este evento deportivo, Procter and Gamble logró conectar con esa audiencia hastiada de la propaganda publicitaria alrededor de los productos deportivos, abriéndose ante las historias que presentaba el spot y que se centraban en la madre de los atletas como factor importante detrás de su éxito. La iniciativa, considerada el anuncio del siglo entre algunos expertos y luego perfeccionada para los Juegos Olímpicos de 2012, le valió un Gold Effie y el Premio Ogilvy 2013 a la Fundación de Investigación Publicitaria por los estudios realizados para elaborar la pieza. Y de acuerdo con Wieden+Kennedy, la agencia encargada de desarrollar el proyecto, el éxito del mismo se tradujo en un incremento en ventas de US$500 millones a nivel internacional y 76 billones de impresiones a nivel global en plataformas digitales. Desde entonces, marcas como Nivea, Samsung o Doritos, han realizado destacadas acciones bajo el mismo esquema, consiguiendo resultados positivos e incluso hablando sobre diversidad a través de él. Hoy, el storytelling es una táctica ampliamente difundida en el ámbito comercial, donde no destaca el que la aplica, sino el que lo hace de forma más creativa.