Por: Jorge Luis Linares Weilg, Director de NeuroZoom.
Imagine las siguientes situaciones: “el hombre lanzó una piedra y rompió la luna”, “los niños tuvieron la oportunidad de ver una estrella”. Las frases anteriores contienen palabras polisémicas, es decir, la misma palabra con distintos significados las cuales pueden convertirse en insumo para generar ideas creativas. Por ejemplo: ¿el hombre rompió un vidrio o se refiere al satélite que gira alrededor de nuestro planeta?, ¿los niños vieron un astro brillante, un animal, una figura o un artista famoso?, incluso pueden tener más significados dependiendo de la experiencia de cada persona y del entorno sociocultural.
Durante el proceso de la comunicación audiovisual, el cerebro del receptor recibe información externa (estímulo) para procesarla y compararla con la información interna (memoria) y así predecir un final lógico, aunque también es posible recibir información incoherente que podría desencadenar un evento emocionalmente positivo, la risa, con lo cual existen un alta probabilidad de convertirse en una experiencia memorable para la audiencia. Como menciona Edward De Bono, experto en pensamiento creativo, una idea distinta no califica necesariamente como creatividad ya que debe aportar un valor, un significado relevante y útil para el consumidor. #TeLlamaLaLlama.
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