Cuando diseñamos una estrategia se suele ser muy by the book, utilizamos herramientas de conocidas escuelas top en el mundo, enfatizamos el análisis y convocamos a los financieros y estrategas del equipo, evaluamos el valor de la compañía, nuestra posición competitiva, y damos a luz –si somos locales sin consultar al headquarter– una estrategia a prueba de balas.
Pero, hoy en día, la evolución del mundo y su transformación exige tener una estrategia que RETE lo establecido, que incluya el blink, a veces llamado intuición, y que considere eso que no vimos o no sabíamos que iba existir, pues quienes no eran mi competencia ahora los son debido a que encontraron algún insight del consumidor que compartimos y terminaron integrándolo en su negocio.
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Pero si detrás de la cocina ponemos también a alguien creativo del equipo, o algunos de nuestros hi potential, probablemente tendremos un resultado menos predecible que lo que dice la receta. ¡Un combinado! Un cambio significativo donde el pensamiento creativo genere esa chispa, esa intuición, esa conexión entre diferentes formas de pensar que nos pueden llevar a dar un salto hacia lo inesperado.
Y no se trata de un combinado improvisado, no; se trata de una mixtura que ha sido cuidadosamente estudiada, usando metodologías que están más allá del lado cognitivo y que puedan estimular ese pensamiento creativo colaborativo. Harvard Business School sugiere cuatro aproximaciones para diseñar estrategias disruptivas: Contraste, Combinación, Restricción y Contexto.
La tercera, la restricción, ha sido la semilla la campeona en las empresas nacionales, de hecho tenemos a nuestra bebida emblemática diciendo que nuestra creatividad conquista al mundo haciendo alusión a la comida peruana, o retando a los ciudadanos con campañas de intervención usando el “destapa tu creatividad”, pero ¿por qué no usar también las otras tres?
De las cuatro aproximaciones, mi favorita es la que llamamos Combinación o Combinado, no solo por el hecho que ahora mi socia y yo somos una combinación y nos llamamos M2 -donde una potencia a la otra- sino porque somos el país del combinado: del chaufa de estilo criollo -la mezcla, como yo que soy china en un 25%-, del arroz con pollo con papa a la huancaína -dos ideas que juntas son mejores-, del combo porque en los negocios podemos dar lo mejor si mezclamos las mejores ideas.
Un ejemplo peruano del cual nos sentimos muy orgullosos -y yo más- es Innova Schools, que cuando tiene que resolver el tema de escala con falta de profesores encuentra que combinar la educación presencial con la educación digital es una solución y con ello instaura su blended learning: clases 70% presenciales y 30% virtuales. Al inicio hicimos pruebas o prototipos pues parecía una locura pero ahora es una realidad indiscutible.
No tuvimos que romper o destruir uno para instaurar el otro, el nuevo; sino que hicimos un combinado de ambos y fue la receta del éxito. Combinar es atreverse, diseñar estrategias de una manera distinta, variando ingredientes y fórmulas hasta dar con el punto donde ese creativo nos deja en otro sitio. ¿Se imaginan cuando surgió el maki acevichado? La innovación es ese nuevo sabor que necesita tu negocio, ¿te atreverías a incorporar a un creativo en tu cocina?
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