Alguna vez se han preguntado ¿Cuál es la Ética de comunicación de determinada persona o de una empresa? y ¿Cómo saber si quien nos habla, es honesto consigo mismo y por ende con nosotros?
La ética comunicacional es la “formula” o “marco” que usamos para comunicarnos tanto con nosotros mismos como con los demás. Aplica tanto para una persona como para una empresa.
El ser humano tiene la necesidad de comunicarse con otros y de vivir socialmente, de pertenecer a un grupo familiar, social, cultural, etc. Esta identificación la logra a través de la comunicación y es de vital importancia la información que recibe (de los medios de comunicación, las personas en su entorno) para formarse opiniones y tomar decisiones en todos los ámbitos de su vida (social, económico, político, etc.)
Con la inclusión del móvil y del Internet a nuestras necesidades básicas, los medios de comunicación digital, tienen el poder de estar mucho más presentes en la vida de los individuos que los medios tradicionales, además de haber democratizado la creación del contenido, permite la conversación que los medios tradicionales impedían. La ética comunicacional de ahora incluye no solo la de quien produce el contenido, sino también la de quien lo recibe, lo modifica y lo retransmite.
Como consecuencia de la existencia de estos nuevos medios de comunicación, ha salido a la luz pública información que ha beneficiado el derecho que tenemos de conocer la fuente que genera la información, pero también más posibilidades de crear contenido falso y hacerlo “viral” en redes sociales. ¿Cuántas veces nos encontramos leyendo una noticia vieja? ¿O una noticia falsa? ¿Realmente nos damos a la tarea de chequear la fuente de la información que estamos compartiendo?
Lo mismo aplica para la información que leemos de las marcas que seguimos y compramos y de los influenciadores en los que confiamos. Por ejemplo cuando compramos un alimento procesado ¿dedicamos tiempo a leer los componentes del alimento y entendemos lo que estamos ingiriendo? O cuando compramos un producto financiero ¿Nos tomamos el tiempo de validar que la información que nos dan sobre las condiciones del producto la entendemos? O cuando probamos el producto que algún influenciador nos recomienda ¿Validamos (así sea por intución) que su recomendación es honesta? Definitivamente necesitamos organismos reguladores que velen por la correcta implementación del mensaje publicitario (Indecopi), pero debemos nosotros como consumidores adoptar la sana costumbre de velar por nuestro interés y cuestionar la fuente y el objetivo de las comunicaciones que recibimos.
Escrito por: Veronica Figarella, Country Manager de Media Interactive Perú
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