Gabriel Ortiz de Zevallos, CEO de APOYO Comunicación, escribió para la edición de septiembre de la revista ANDA un artículo acerca de la efectiva estrategia digital de la candidata Hillary Clinton en comparación del candidato Donald Trump. Asimismo comenta en líneas generales como el partido demócrata personaliza la forma en que se difunden contenidos, mediante la acumulación de la data de cada persona.
A partir de esta estrategia digital, sugiere que esta es la tendencia que deberían adoptar las marcas: aprovechando la capacidad de segmentar y personalizar el contenido que a cada persona le interese más en el mundo digital.
CRUCEMOS DÍGITOS
Además de cruzar los dedos para que Hillary Clinton gane a Donald Trump en las próximas elecciones, en lo que sus seguidores sí pueden confiar es que se ha exprimido toda la información digital para ello. Un ejemplo interesante para reconocer una vez más cuán potente es esta plataforma si se le aprovecha en toda su capacidad. Según los reportes, el equipo de Clinton está haciendo microcirugía fina y Trump nada que pueda competir.
Un artículo muy reciente1 identifica a Elan Kriegel como el hombre clave cuyos algoritmos y análisis sustentan casi todas las decisiones estratégicas de la campaña: dónde va la candidata, cuándo y cómo escribe los mails a sus simpatizantes, a qué números telefónicos llama su equipo de campaña, a quiénes van dirigido los avisos de Facebook, entre muchas otras. El cargo de Kriegel -Director de Analítica- no transmite su real peso específico, pero si se toma en cuenta que fue una de los primeros jales y de los más caros; que tiene 60 matemáticos y analistas que están permanentemente exprimiendo la data relevante para responder a todas las preguntas de alguien tan hard-working como Hillary Clinton; y cómo describen su trabajo quienes están en la vorágine de la campaña, la cosa cambia. El esfuerzo digital de Donald Trump, por el contrario, es reseñado como muy poco sofisticado.
Esta campaña se enmarca en lo que ha sido bautizado como “post-truth politics”2 por la facilidad con que se plantean mentiras o medias verdades como hechos reales. A fines de agosto, el blog del Washington Post había calificado el 70% de las afirmaciones factuales de Trump con 4 Pinochos (máximo grado de deshonestidad de la escala). Sin embargo, en la primera semana de setiembre CNN propaló una encuesta en que 50% de los votantes registrados consideran a Trump confiable versus 35% en el caso de Clinton.
En un escenario así y a menos de 2 meses de las elecciones, el fine tuning de la estrategia puede ser vital y para ello la plataforma digital puede ser valiosísima. Trump ha afirmado que la analítica está sobrevalorada, y aún si cambia de opinión a estas alturas, no le sería fácil recuperar lo que le aventajan.
A pesar del papel crucial que ha tenido Kriegel en la estrategia demócrata, el artículo hace ver que su nombre completo no ha sido tuiteado ni una sol