Dialogamos con Melissa Arbocco, marketera peruana, escritora y emprendedora, quien nos contó sobre sus proyectos actuales y futuros. También sobre su valoración al respecto de la participación de la mujer en la industria peruana del marketing y la publicidad.
Es marketera de profesión; escritora y emprendedora a fuerza de empeño y pasión. Melissa Arbocco es una conocida representante en la industria del mercadeo en Perú y una mujer que no quiere dejar nada al azar del reloj. Su afán por no postergar y aprovechar cada minuto que la vida le regala impulsa proyectos que, según su propia opinión, tienen como hilo conductor la búsqueda de una conexión especial entre personas.
Conversamos con ella para conocer qué la mueve hoy, cómo avanzan sus ideas, cómo les de vida en estos tiempos particulares que transita la humanidad, y cuáles son sus opiniones en temas como el techo de cristal en la industria del marketing peruano. También la interrogamos sobre los principales retos al emprender y cómo se diferencia del trabajo en una gran empresa.
Esto nos contó Melissa Arbocco:
—Te conocimos como marketera y gerente; en 2019 publicaste tu primer libro y ahora también te encaminas como emprendedora ¿Cómo ha sido ese salto? ¿Lo ves como un tránsito que fluye natural o como caminos paralelos?
—Lo siento como caminos paralelos. Soy Gerente de Marca y Campaña en iEduca, veo tres marcadas educativas que son Certus, Toulouse Lautrec y UCAL, y en paralelo tengo tengo otros proyectos que viven dentro de un mismo ecosistema. Me gusta mucho escribir y tengo mis dos libros que son El Diario Emilia y El Cuadernito de Emilia, y además he sacado recientemente Cajita de Amor, que si bien no es un proyecto editorial tiene como componente clave una carta.
Así que más allá de que sea un tema de escribir, creo que lo que une a todos mis proyectos personales es que son productos o servicios que están relacionados al bienestar, al amor propio y a tener una mirada introspectiva.
Tengo en camino algunos proyectos más, todos dentro de esta misma categoría, y son emprendimientos personales que corren en paralelo a mi vida profesional de oficina. Creo que a veces tenemos un poco más claro las cosas que nos gustan y cuando sucede así hay que aprovechar el tiempo.
Evidentemente, de cuando en cuando tengo que bajar un poco las revoluciones porque tampoco se puede hacer todo junto, mis proyectos personales los voy dosificando y voy sacando uno en uno, porque me hace feliz aterrizar estas ideas que además son cosas que he pensado con mucho cariño para que lleguen a las manos de alguien más y le sumen.
—¿Qué tan diferente es coordinar proyectos de marcas y empresas a coordinar trabajos propios? ¿O qué tan parecido?
—Es similar en cuanto a la estructura de pensamiento, de cómo tienes definida la ruta de trabajo y cómo te organizas. La diferencia principalmente creo que es el tiempo. Hoy el tiempo que yo le dedico a mis emprendimientos es mucho más reducido del que le dedico a los temas de la empresa. Mis emprendimientos los veo los fines de semana o los veo en las noches cuando no estoy trabajando y cuando mis hijos están durmiendo, o muy temprano en el día.
Es como jugar Tetris, tratando de acomodar todas las fichas. Por eso también trato de que los proyectos no estén todos juntos porque se vuelve inmanejable. Los libros ya corren por su cuenta, además que los trabajo con la editorial, entonces hay un soporte.
También hay una diferencia en los recursos. En la empresa hay un equipo humano enorme, entonces hay más agilidad, y en el emprendimiento todo eso se minimiza así que hay que tener mucha paciencia, sobre todo al inicio, y trazarte esta ruta de trabajo lo más clara posible para que cada pasito, por más chiquito que sea, genere satisfacción.
—Emilia, la protagonista de tus dos libros, es una joven que va atravesando etapas como parte de una gran bitácora ¿Se ve Melissa Arbocco en el espejo de su propio personaje?
—Emilia tiene un montón de Melissa, sin embargo no llega a ser Melissa. Quizá Emilia es un poco más libre, pero Melissa tiene mucho de la determinación, creo que eso es algo que nos une mucho, la necesidad de vivir el ahora y no postergar, y sacar el aprendizaje de todo lo bueno y todo lo malo.

—Cuéntanos sobre lo que haces hoy. Comenzaste con el proyecto Cajita de Amor. Háblanos de las satisfacciones que te ha dado esa nueva iniciativa y cómo la ves crecer.
—Coincide mucho con las satisfacciones que me dan mis libros. De nuevo hay un hilo conductor bien marcado porque la Cajita de Amor es un producto diferente. Cuando quieres regalarle algo a alguien compras un objeto, una cartera, un perfume, siempre son productos y está buenazo eso, pero este producto de esta cajita te regala pensamientos, emociones, declaraciones, experiencias que quieres tener con esa persona. A mí esto me regala la satisfacción de saber que la persona que ha comprado la cajita está feliz porque ha hecho feliz a alguien más. Me emociona saber que la gente se está diciendo cuánto se quiere o se admira y que no lo están postergando.
Me encanta la idea de que estamos ayudando a acercar a las personas de una manera diferente y es la misma satisfacción que me dan libros al saber que estoy ayudando a conectar personas. Creo que ahí el gran hilo conductor es la conexión.
Con mis libros yo conecto con el lector a través de Emilia. Los lectores me escriben y me dicen que se sienten identificados, que se han sentido acompañados, y eso lo valoro increíblemente porque siento que estoy sumando a la vida de alguien más.
Con la cajita los clientes me cuentan lo bien que se sintieron las personas a quienes les regalaron, que ha sido un regalo único, de nuevo por esa conexión que les he permitido tener o que les he ayudado a reforzar y eso me hace feliz.
—Viendo tu carrera un poco en retrospectiva y volviendo a tu trayectoria como marketera, cuéntanos según tu experiencia cómo sientes que hoy se están insertando las mujeres en la industria peruana ¿Seguimos batallando con el techo cristal?
—Creo que las mujeres todavía tenemos un tramo enorme que recorrer en términos de igualdad y de equidad. Las posiciones más relevantes todavía las lideran significativamente los hombres. Hay muchos involucrados para que esto vaya mejorando pero yo creo que cada mujer desde su propia cancha tiene un rol que cumplir sobre esa brecha. Tenemos nosotras como mujeres que pelear también por lo que nos toca; si vemos que hay una diferencia salarial, pelear por esas cosas, por más incómodo que suene. No quedarnos calladas y esperar que alguien más nos solucione los problemas, sino dejar tu voz fuerte. Ya sé que es incómodo hablar de plata sobre todo en nuestra sociedad pero lo tenemos que hacer, eso es un ejemplo.
Otra manera de tomar acción sobre estos temas es, oye, ¿qué tanto estás ayudando a otras mujeres en tu entorno para que se desarrollen? No le dejemos solamente la tarea a los demás sino cada una desde donde está, ¿qué está haciendo? ¿Estás ayudando a mujeres más chiquitas, con cargos menores que tú para que sigan creciendo?, ¿les estás dando el feedback necesario?, ¿estás facilitando a otras mujeres, tus pares, para que sigan avanzando?, ¿o nos vamos a seguir tratando de meter cabe como lo hemos hecho en la historia? Porque las mujeres en empresas solemos ser muy competitivas entre nosotras, nos ponemos celosas de la que está al costado cuando en verdad deberíamos aplaudir si es que una mujer sigue creciendo, no dejarnos llevar por el celo, porque creo que una mujer que crezca y qué trascienda abre el camino para que más mujeres sigan haciendo lo mismo.
—Finalmente, cuéntanos de Melissa Arbocco como escritora ¿Viene un nuevo libro en camino? ¿Cuál es la historia que te interesa contar hoy?
—Vienen varios proyectos. Ahorita en el horno viene un proyecto editorial para niños, igual dentro del ecosistema de bienestar pero esta vez pensando en niños y muy ligado con la etapa de mi vida en la que estoy, que soy mamá de dos chiquitos y quiero sumarles a ellos y a otros tantos más que están en esa etapa. No significa que me voy a quedar en cuentos infantiles pero quiero ahorita entrar ahí, y estoy cocinando otros temas. Tengo un proyecto más relacionado a bienestar pero para adultos que tiene que ver con actividades y hay algo que quiero hacer, que me está dando vueltas pero todavía no lo termino de aterrizar, que quiero conectar aprendizajes con historias de otras mujeres.
Hay un proyecto bien simpático de aprendizajes sobre mujeres y de repente historias un poco más difíciles de contar pero que son necesarias para que aprendamos juntas. Uno tiene que seguir y hacer esas cosas que te mueven la vida, esos llamados cuando sientes mariposas en la panza al hablar de algo o al pensar en algo, creo que es un llamado a tomar acción. Siempre vamos a tener otras cosas en paralelo, ya sea que el trabajo, ya sea que los hijos, tu pareja, la vida siempre se nos va a interponer, pero creo que lo mágico es que sepamos aprovechar este tiempo que tenemos que es limitado
. De repente las cosas no van a salir tan rápido como quisiéramos o tan completo como quisiéramos pero el saber que estás avanzando paso a paso y persiguiendo tus sueños, eso le da un sentido importante a tu vida. Se lo recomiendo a todas las personas porque finalmente nadie es dueño del después, nadie es dueño del tiempo.
Imágenes de Melissa Arbocco