Aunque no sea novedad, porque hace un tiempo que existe, su permanencia y la insistencia de apelar publicitariamente a este, me resultan, como seguramente a muchos, por decirlo de alguna manera, “llamativas”.
Hasta donde mi memoria alcanza, en publicidad se definían para crear y emitir mensajes de modo “certero”, diferentes “grupos-objetivo” que se diferenciaban claramente y una de las mejores maneras, sino la mejor, era organizar “focus group”, en los que se exploraban los usos y hábitos determinados, en grupos pequeños de consumidores o usuarios, para obtener información “usable”, no de cantidad, sino de calidad.
Bueno, ahora pareciera ser que la única característica es la cantidad de ahorro de dinero que este “grupo” puede obtener. Tal vez por eso la proliferación de avisos publicitarios que promocionan descuentos y rebajas en productos o servicios, donde lo que importa no es otra cosa que el concepto “barato”, en relación con el dinero.
Vuelvo sobre lo que ya he escrito muchas veces y es que las emociones y sentimientos están desapareciendo rápidamente de la publicidad peruana, dando paso a un dudoso beneficio económico que está restringiendo a la comunicación publicitaria a un ámbito peligroso, que es el “económico”.