Escrito por: Brenda Lizárraga, experta en visual merchandising, sobre las ventajas del uso de los Pop up Store
Las “pop up store” son tiendas efímeras, que sorprenden al público, captan su atención, lo conectan con la marca y luego desaparecen. Si bien son un modelo relativamente nuevo en nuestro medio, surgieron en Japón a principios del año 2000 como tiendas itinerantes experimentales (guerrilla shops) que duraban semanas o sólo días, destacando “BLACK” de la marca Comme des Garcons en Berlín (Alemania) con una oferta de productos de edición limitada instalada en un edificio abandonado. Posteriormente el modelo se expandió a New York (USA) y Londres (Inglaterra) y para el 2010 se convirtió en tendencia mundial, siendo adoptado por varias marcas en Europa.
Se aplica a cualquier categoría de producto (no solo ropa) y basa su éxito en el factor sorpresa, siendo la creatividad su principal recurso para despertar interés.
<<Estas tiendas temporales nacen con fecha de caducidad y lo que cuenta no es la venta, sino ofrecer una experiencia única al usuario y acercarlo a la marca para lograr notoriedad y recordación>>
Se trata de vender emociones, maximizando la interacción con el cliente y transportándolo a un contexto original para generar una experiencia memorable que conduzca a la fidelización.
Pero lograr este objetivo implica causar impacto y para ello es indispensable que la pop up store tenga como punto de partida un concepto creativo sólido, una temática bien definida traducida en una estética que integre a todos sus elementos. Además debe emplazarse en una ubicación estratégica, inesperada, atractiva, que le permita garantizar un alto flujo de visitantes. También debe contar con una adecuada promoción, para lo cual es clave identificar los canales de comunicación más efectivos para el target al que se dirigen (redes sociales, prensa escrita, medios masivos, etc.).
Otro aspecto fundamental es incentivar el sentido de urgencia, la tendencia humana a “no querer perderse un evento extraordinario” pues la conciencia de nuestra existencia pasajera nos lleva al afán de atesorar recuerdos y experiencias a las que damos alto valor subjetivo. Por ello ofrecer productos de edición limitada en un espacio efímero conducirá a compras impulsivas motivadas por el encanto de lo irrepetible.
Finalmente está el tema de la factibilidad de la implementación, hacer viable el montaje y desmontaje de la tienda. En este sentido existen múltiples alternativas de materiales y sistemas constructivos que se pueden ajustar a cada presupuesto, ya que la pop up store puede diseñarse a distinta escala, lo que la hace un modelo de negocio accesible tanto para marcas consolidadas como para las que se inician en el mercado, brindándoles la posibilidad de experimentar un canal de venta física por una fracción del costo que conlleva implementar una tienda permanente.
Así por sus múltiples ventajas, más que una tendencia pasajera, las pop up store son un concepto con el potencial de reinventarse y seguirnos sorprendiendo.