Escuchar el ritmo de varios teclados en el área de prensa, ver a periodistas concentrados al escribir, dejando fluir sus ideas, mientras otros debatían cuál sería el enfoque correcto de una nota o qué titular resultaría más interesante; o escuchar las anécdotas de algunos en esos minutos de break que se generaban solos, están en el recuerdo ahora.
Hace tan solo un mes preparábamos en equipo campañas de lanzamiento, afinábamos nuevos productos y veíamos la producción de los eventos que organizaríamos este año. Estábamos en una sala de redacción esperando ansiosos un nuevo tema que diera de qué hablar, nos encontrábamos al servicio de las marcas para generarles un buen contenido que lograra conectar con las audiencias, y nuestro estudio estaba abierto para recibir a destacados profesionales que llegaban a compartir sus conocimientos con nuestros seguidores. Pero, así de la nada, un virus que hace unos meses veíamos lejano, cambió todo por completo.
Ahora nuestras oficinas están vacías, con las luces apagadas, y nuestros “buenos días” pasaron a darse solo a través de grupos de Whatsapp; ya las conversaciones entre compañeros de trabajo se dan en redes sociales, los comunicados por medio de Slack y las reuniones en Hangouts. Afortunadamente, somos de esas industrias esenciales que han podido mantenerse, desde casa, pero activos, retándonos aún en la distancia para superar nuestras metas de alcances y lecturas cada mes.
La industria a la que nos debemos sufre la crisis. Los anunciantes tratan de reinventarse ante la incertidumbre, buscando nuevas formas de generar negocios y trabajando acciones de branding que respalden el compromiso que tienen con sus consumidores; las agencias y creativos tienen la premisa de que las grandes ideas también nacen en casa, y los eventos tuvieron que detenerse, aquí y en el mundo, cuando vemos que Cannes Lions, el principal encuentro de publicidad, ha tenido que esperar un año más para premiar a las mejores campañas.
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Hoy, aunque bajo unas lamentables circunstancias, vemos, más que anuncios, iniciativas motivadoras de las marcas, spots que generan conexiones más que ventas. Además, hay quienes logran destacarse porque van más allá de los mensajes de aliento, y buscan dar una mano a los más vulnerables.
¿Qué pasará después? Esta es la pregunta recurrente, no sabremos cuándo volvamos, pero al descubrir qué nos trae la nueva vida que nos espera ahí afuera, lo haremos más fuertes, más centrados, con otros propósitos y con valores. Mientras tanto, todos seguiremos buscando cómo mantenernos conectados, y el equipo de Mercado Negro seguirá trabajando desde el espacio más cómodo de cada uno de sus hogares para mantenerlos informados.
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