La pionera en responsible advertising, Unilever, dejará de crear anuncios de helados para menores de 12 años y moderará el uso de dibujos animados en productos no aptos para niños
En los últimos años, las marcas han visto una sociedad mucho más sensible al trato que se les da como consumidores y a los mensajes que reciben como señuelo para atraer su atención. Por ello, los anuncios con contenido sexistas o a favor de estereotipos ya no tienen cabida en el mercado, el consumidor no está dispuesto a omitir sus derechos y callar lo que le molesta.
De ahí se origina la publicidad responsable, una tendencia emergente que trata de concientizar a las marcas sobre el efecto que sus mensajes tienen en la vida de sus clientes.
El responsible advertising, como se le conoce, se adentra más allá de la publicidad con valores o ideales, pues los anuncios de Gillette sobre la masculinidad tóxica o las campañas que añaden un subtexto sobre la salud mental ya son considerados, en cierto modo, como publicidad responsable.
Esta práctica intenta limitar la producción de mensajes que puedan resultar contraproducentes en un público concreto. Por ejemplo, asumir que no se puede vender cualquier cosa a los niños y dejar de anunciarles productos alimenticios que no son buenos para su salud.
Kellogg’s se reinventa
El nuevo diseño del paquete Kellogg’s, por ejemplo, se concibe para lucir más atractivo en Instagram pero también para ayudar a replantearse sobre cómo y a quién vende. El empaque, distribuido en Europa, se centra en destacar su historia y lo natural de su comida, dos ideas creadas para llegar a un público adulto.

Además, el packaging de la marca intenta mermar los dibujos animados de sus cajas, pues si quieren que los consumidores confíen en ellos deben saber qué, cómo y a quién vender.
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Unilever, de cara a los anuncios responsables
La empresa multinacional Unilever es, de cierta forma, pionera del responsible advertising, y para dejarlo muy en claro prometió dejar de anunciar productos poco saludables a los niños.
La decisión se basó en una serie de “principios de marketing” creados por la propia marca, los cuales servirían como parámetros al momento de crear campañas destinadas a menores de 12 años.
Mientras que, a finales del 2020, Unilever dejará de anunciarse a niños menores de 12 años en los canales tradicionales y de 13 en las redes sociales.
Por ello, serán muy estrictos a la hora de elegir los espacios donde aparecen sus anuncios, además de moderar el uso de personajes animados. Si llenan sus empaques de muñecos será porque cumplen un “perfil nutricional específico”.
Para comenzar a ejecutar estas medidas el gigante usará su marca de helado a modo de prueba, con la que espera posicionarse en la lucha contra la obesidad infantil. Lo que supone la completa desaparición de un gran número de anuncios y formatos publicados por la marca durante cada verano.
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