Puede que el fundador de Microsoft no atraviese hoy por uno de sus mejores momentos, así que es propicio recordar uno de los hitos del mercadeo de sus productos innovadores: su CD-ROOM
Es un hecho que Bill Gates no atraviesa precisamente uno de sus mejores momentos. En pleno divorcio y viviendo la inherente campaña de desprestigio que con frecuencia este proceso conlleva, el fundador de Microsoft ha debido hacer frente a la salida a la luz de relaciones inapropiadas, los críticas por su amistad con Jeffrey Epstein y hasta las teorías conspirativas que lo acusan de liderar un plan para apoderarse de planeta como esos malos malísimos de las películas.
Pero más allá de esa campaña en contra de la imagen del otrora hombre más rico del mundo, es cierto que las innovaciones que ha abanderado han marcado un antes y un después en el mundo de la computación y la informática, y no solamente en sentido estricto de lo que significan sino también en el mundo del marketing.
Para ejemplificar la peculiar manera en la que el estadounidense ha marcado al mundo de la publicidad hoy mencionaremos su estrategia para promocionar el CD-ROM.
Era 1994, el año en que Mandela asumía la presidencia de Sudáfrica, estaba de moda Laura Pausini y se jugaba el mundial de fútbol USA 94 (del cual expulsaron a Maradona). Ese año también Gates introdujo este novedoso dispositivo de almacenamiento.
Gates quería explicar de la forma más gráfica posible cuán útiles eran estos discos, así que esto hizo: se sentó sobre 330 mil hojas de papel A4 diciéndole al público “Toda esta información es la que puedes almacenar aquí dentro”.
La fotografía salió en la revista Times. Un año después Windows 95 fue lanzado y lo demás es historia. Microsoft cambió el universo de la informática conocido hasta entonces.