La compañía fundada por Mike Tyson y Adam Wilks destaca en un mercado estimado en más de 30 mil millones de dólares con productos que incluyen flores, vaporizadores, pre-rolls y edibles con la forma de la oreja de Holyfield.
Nadie duda de la capacidad de Mike Tyson para noquear a cualquier persona. El exboxeador tiene una marca de 50-6 en 58 peleas profesionales, de las cuales 44 victorias fueron por knock-out. De estos quizá uno de los más recordados sea el de la disputa con Marvis Frazier, quien quedó postrado en una esquina del ring luego de solo 30 segundos.
El estilo de Tyson era brutal y, aunque tuvo excesos, como cuando le arrancó ocho centímetros del cartílago de la oreja a Evander Holyfield de un mordisco en una pelea, forma parte del Salón de la Fama del Boxeo. Sin embargo, sus fanas no imaginaban que tras su retiro se convertiría en gran empresario de la industria del cannabis, sobre todo, tomando en cuenta que se declaró en bancarrota en el 2003.
¿Cómo lo hizo?
En el 2018, el expugilista lanzó “Tyson Ranch”, un imperio de marihuana construido en el estado de California, Estados Unidos (EEUU) junto con el exfutbolista de la NFL, Eben Britton. El negocio del rancho de 40 hectáreas, ubicado en el desierto de Mojave, giraba en torno a la producción de cepas de alta calidad y, en su mejor momento, llegó a generar ganancias de aproximadamente medio millón de dólares al mes.
No obstante, “Tyson Ranch” cerró sus puertas, aunque el deseo del exboxeador de reestructurar el negocio permaneció latente. Más allá de su papel en la industria, el cannabis ha jugado un impacto significativo en la vida de Mike Tyson, quien le atribuye mejoras importantes en su bienestar físico y mental.

Por ello, en el 2022, Tyson, Adam Wilks y otros dos socios cofundaron CarmaHoldCo y lanzaron “Tyson 2.0”. Carma recaudó un total de 15 millones de dólares de JW Asset Management, Arcadian Capital y otros inversores.
“Tyson 2.0” no cultiva marihuana en sí, sino que trabaja con un modelo de licencia con pocos activos, cerrando acuerdos con franquicias que fabrican y venden los productos de cannabis de la marca del exboxeador. Actualmente, eso le permite destacar en un mercado estimado en más de 30 mil millones de dólares.
La oferta de “Tyson 2.0” incluye flores, vaporizadores, pre-rolls y edibles con la forma de la oreja de Holyfield. No obstante, el cannabis solo representa alrededor del 30% de los ingresos de la empresa, mientras que los accesorios y suplementos ocupan el porcentaje restante.

Crecimiento constante
“Mike quiere estar en todas partes del mundo», dice Wilks a Forbes. «Cada vez que un nuevo país [legaliza el cannabis], nos presentamos, asegurándonos de ser una de las primeras marcas estadounidenses en estar allí con ‘Tyson 2.0’ para continuar creciendo a escala global”, explica.
Siguiendo la línea de crecimiento, Tyson abrió recientemente un coffee shop en Ámsterdam y Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Asimismo, ya vende productos en países como Tailandia, Macedonia y Alemania. A finales de este año, “Tyson 2.0” abrirá su primer dispensario en EEUU, en Nueva Jersey.
En un entorno tan competitivo como el del cannabis, la compañía ha sabido abrirse camino. Sobre todo, ante el cierre de varias marcas del rubro, como Monogram, empresa de Jay-Z. Un punto a favor es que Mike Tyson no solo presta su imagen; por el contrario, prueba personalmente cada producto, lo que lo involucra directamente en la operación y demuestra que forma parte de la comunidad “stoner” y que no se está colgando de esta para lucrar.
