Hay muchas cosas que se pueden predecir por las señales que dan, como el tiempo, por ejemplo, o porque la experiencia puede preverlo así, pero de ninguna manera una pieza publicitaria – a no ser que sea explícita como un panel anunciador callejero o, un aviso en diarios- ya que, tanto en radio como en televisión e Internet, el factor sorpresa, la “no predictibilidad”, es sumamente importante, porque el desenlace de la historia (vuelvo a insistir en la necesidad de las historias en publicidad) es crucial para causar impacto en el público.
Es bien sabido que el “factor sorpresa” resulta vital para poder fijar un concepto, precisamente porque no se espera que algo así suceda; es como con los chistes: uno no suele tener gracia si no termina en una contradicción y esto es una sorpresa para quien lo escucha.
No se trata de que “pontifique” sobre el tema, pues no soy nadie para hacerlo, sino un simple creativo más, pero mi experiencia en este oficio –que es larga- me lo dice y si bien mantener un buen nivel de interés (que vaya en aumento) no es fácil en una historia, sobre todo si esta es necesariamente corta, lograr un desenlace inesperado no solo es dificilísimo, sino vital.
No existen –creo- fórmulas para lograrlo. Hay que construir y tratar. Lo más importante para obtener un buen resultado, es que uno mismo pueda sorprenderse.