Nano Guerra, presidente de la Asociación Nacional de Emprendedores (ANDE), cuenta que hay restaurantes familiares con 3 trabajadores que deben cumplir con requisitos gubernamentales que no se ajustan a su realidad.
Una nueva marca en el Perú inicia usualmente con un emprendimiento, este comienza siendo una microempresa, y según la industria y el manejo del negocio, puede ir incrementando su facturación. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Economía, en nuestro país hay 2.3 millones de mypes formales, más de 1.7 millones son personas naturales con negocio y hay además hay 1 millón de independientes formales que trabajan por recibos por honorarios.
Este ha sido uno de los sectores más afectados por la crisis por coronavirus, pues muchos de ellos no contaban con un fondo de contingencia que pudiera mantener el negocio a flote, pero ni Reactiva Perú ni FAE Mype, y mucho menos el plan de reactivación de las industrias contempla la realidad del sector, asegura Nano Guerra, presidente de la Asociación Nacional de Emprendedores (ANDE).
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“Cuando termine de llegar Reactiva Perú, va a ser muy tarde. La siguiente curva de fallecimientos va a ser la de empresas, y va a traer consecuencias desastrosas para la economía […] Nosotros calculamos que, por lo menos, hay un 15% de empresas [mipymes] que actualmente ya están quebradas, y otro tanto pueden estarlo en las siguientes dos semanas”, comenta Guerra para Mercado Negro.
“La mayoría de los fundadores de estas empresas no tienen CTS, ni AFP, tampoco han sido incluidas entre las personas vulnerables. No está en el radar de nadie la señora que tenía su peluquería chiquita, que atendía con sus dos hijas y ahora no sabe qué hacer, tampoco está el señor de un taller de renovación de zapatos que trabaja solo y no sabe si puede abrir o no porque ninguna norma ha contemplado esta situación”, detalla para después manifestar que “la norma la ha hecho gente detrás del escritorio que no tiene la menor idea de lo que es un negocio”.
Los empresarios que no estaban bancarizados son los que están pasando peores momentos, afirma Guerra, pues “los bancos le están prestando primero a los clientes, pero también se están tardando con ellos”. Por eso enfatiza en que una de las propuestas del ANDE era que el dinero llegue directamente al Banco de la Nación por medio de la cuenta de detracción de las empresas.
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El presidente de ANDE también denuncia que los protocolos de bioseguridad no son objetivos, porque mientras un restaurante, que representa el 60% de la industria de servicios en el Perú, debe haber facturado 75 UIT (S/ 322 500) durante el año pasado para poder operar en este momento, los locales de comida que son parte de este grupo facturan hasta 15 UIT (S/ 64 500).
Desde la Asociación Nacional de Emprendedores, proponen las siguientes modificaciones:
1. Enviar directamente los créditos a quienes han sido formales y han pagado impuestos el año pasada. La selección de medianos y pequeños contribuyentes (MEPECO) la tiene SUNAT.
2. Que los protocolos para pequeñas empresas sean automáticos y que después sean revisados por los municipios.
3. Sacar una norma que permita la apertura inmediata a todo local chico con un control de aforo al 50%.
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