Roku, que hasta ahora se había dedicado al desarrollo de tecnología para transmisiones, se lanza al ruedo de la distribución de contenidos al adquirir el catálogo de la extinta Quibi.
Si nunca antes había escuchado hablar de Quibi no se culpe. Este proyecto de plataforma de streaming con videos de corta duración, tuvo una efímera vida de tan solo seis meses, entre abril y octubre de 2020; empero, en ese tiempo acumuló contenidos valiosos, incluyendo cortometrajes producidos y dirigidos por figuras de la talla de Steven Soderbergh, Guillermo del Toro, Steven Spielberg y Sam Raimi.
Ese catálogo confirmado por 75 obras y que tras el cierre de la plataforma había quedado en el limbo, acaba de ser adquirido por Roku, la empresa fabricante de equipos para televisión que planea lanzar un robusto servicio de streaming para competir codo a codo con Netflix y el resto de las empresas que, de hecho, gracias a sus dispositivos pueden verse en televisores no inteligentes.
La transacción se cerró por menos de cien millones de dólares, según ha adelantado el diario The Wall Street Journal, aunque hasta la fecha los términos financieros del acuerdo no han sido revelados por ninguna de las partes.
La compañía planea transmitir los vídeos de forma gratuita pero con anuncios a través de su propia plataforma, Roku Channel, que ya existe con contenido enlatado y más de 61 millones de suscriptores. Este será el primer contenido exclusivo del servicio, con el que da su pistoletazo oficial en la carrera por el streaming. Tras el anuncio, las acciones de Roku Inc. subieron un 3%.
Roku es una compañía estadounidense fundada en 2008 cuyo producto estrella es el Roku Streaming Player, un dispositivo que permite convertir un televisor normal en un televisor inteligente a través de un aparato con entrada USB o cable HDMI que permite la reproducción de contenido streaming y multimedia de audio y vídeo. El producto es similar al que ofrece Apple TV, Amazon Fire TV o el Chromecast de Google y puede ser usado a nivel mundial.