La gestión de marca política se enfrenta a un desafío fundamental: construir un “puente de oro” entre una idea política -y el candidato que la encarna- con la sociedad para alcanzar credibilidad y confianza
Escrito por: Marcelo Ghio, Director y fundador de Oxitobrands.
El posicionamiento de una idea política o de un candidato ¿es equiparable al posicionamiento de un producto?
Esta pregunta motiva sin duda alguna desde hace tiempo un debate ético / profesional, en el que la primera respuesta ha sido siempre la misma: una idea política no es un producto.
Sin embargo, si entendemos como producto algo que va mucho más allá de la mercancía y que “todo” es branding (cada persona puede ser una marca a gestionar estratégicamente en un contexto determinado) entonces la respuesta puede ser afirmativa.
Dicho de un modo sencillo: una idea política o un candidato busca posicionarse para ser la opción principal en la mente y el corazón de las audiencias diferenciándose de su competencia, con el fin de alcanzar preferencia y lealtad por parte de las personas que componen una sociedad, con el objetivo de ser elegido.
Como marca, enuncia la promesa de una experiencia única ofreciendo mejorar las condiciones de vida de las personas, para lo que pone a disposición una serie de herramientas que ayudarán al colectivo social a alcanzar las metas de realización a las que aspiran.
Así, la gestión de marca política se enfrenta a un desafío fundamental: construir un “puente de oro“ entre una idea política -y el candidato que la encarna- con la sociedad para alcanzar credibilidad y confianza. Un vínculo del que depende en gran medida su éxito.
Cierto es que la irrupción del 2.0 abrió una brecha significativa en los diques de la información por lo que todo se sabe / verifica aquí y ahora. La percepción que las audiencias tienen sobre un producto -comercial, político o social- no se modifica simplemente saturando de mensajes “inspiradores” los medios. La transparencia, algo que cada día reclaman con mayor énfasis las personas en todo el mundo, no depende de palabras floridas y discursos vacíos: los hechos son los que finalmente hablan.
Una estrategia de branding político es una forma de repensar el modo en el que nos conectamos con los ciudadanos -protagonistas indiscutidos de esta era- para ofrecer Una idea transformadora que sea aceptada y adoptada como parte de la construcción de un colectivo social integrado en beneficio de todos. Pero con esto sólo no alcanza.
Quienes están en política deben entender que las sociedades han evolucionado y que los viejos métodos no sirven para seguir “vendiendo” su producto.
Y mucho menos si ese producto es de mala calidad.
MARCELO GHIO
/ Director de Estrategia en Experimenta.es / Editor General Flumarketing.com / Speaker / Educador / Autor
Consultor en branding y gestión estratégica de comunicación. Magíster en Comunicación y Gestión Corporativa Universidad Mayor (Chile), Consultor en Design Thinking Universidad de Salamanca (España), Diplomado en Comunicación Sustentable y Gestión de RSE Universidad Mayor (Chile). Diseñador Gráfico Universidad de Buenos Aires (Argentina).
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