“Querernos vivas. Querernos libres” está compuesta por tres piezas que narran situaciones de violencia sexual que ocurrieron en el ámbito digital, en la infancia y en el ocio.
La violencia sexual está presente en muchos lugares, incluso en espacios que suelen ser asociados con diversión, alegría, fraternidad y familia. Algunas de estas historias se ven retratadas en la nueva campaña contra la Violencia Sexual que el Ministerio de Igualdad de España acaba de presentar de la mano de la agencia Ogilvy Madrid.
“Querernos vivas. Querernos libres” está compuesta por tres piezas que narran situaciones de violencia sexual que ocurrieron en el ámbito digital, en la infancia y en el ocio nocturno, y que están basadas en hechos reales. Cada historia termina mostrando los recursos a disposición de las víctimas para su atención, acompañamiento y asesoramiento.
“Odio el verano… y el olor a cloro. Todos los años mi tío se empeñaba en que aprendiera a nadar. Yo era una cría y me agarraba fuerte…”. Así inicia el relato de una de las piezas de la campaña que busca mostrar que la violencia sexual no ocurre solo en callejones oscuros.
“La violencia sexual ocurre en un verano. Ocurre en grupos de WhatsApp y en Tweets de 140 caracteres. Y existen medidas para combatirla. Medidas que salvan vidas y que nos ayudan a ser más libres…”, comentan Guille Fernández y Pablo Poveda, directores creativos de Ogilvy Madrid.
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Los otros clips
“Ya no soy María, soy la del vídeo. Soy un puto meme”, asegura una mujer en otro video en el que se hace alusión a la difusión de contenido sexual explícito. Ella recurre a una profesional y especialista en violencia de género al descubrir el hecho.
En la última pieza aparece una joven que relata cómo una fiesta que iba a ser divertida acabó siendo muy violenta.
“Una de las claves de la campaña es mostrar situaciones diversas para ayudar a la sociedad a identificar violencias sexuales que pueden suceder en nuestro entorno cercano. Para concienciar también a quienes deben evitarlas. El segundo objetivo fundamental es insistir en que existen cada vez más recursos para asesorar, proteger y reparar a las víctimas”, apunta Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.