El grupo de activistas The Art Defenders desarrolla la campaña “The frame to protest” en contra de los ataques de ecologistas a obras de arte. Su objetivo es redirigir la protesta contra el cambio climático a empresarios y políticos en lugar de atentar contra obras de arte
La escena artística mundial estuvo interpelada por acontecimientos importantes en los últimos tiempos. Obras como Los Girasoles de Van Gogh o la Mona Lisa de Da Vinci fueron víctimas de ataques de activistas contra el cambio climático. Los implicados en dichos actos hicieron énfasis en que la protesta con arte es una forma de llamar la atención mundial. Estas declaraciones y acciones han sido ampliamente condenadas. Un colectivo llamado Art Defenders hace una contrapropuesta a los ataques de ecologistas.
“Como amantes del arte, sentimos una profunda rabia, sobre todo porque no lo entendíamos. Una vez indagas te das cuenta de que se meten en estos museos y atacan estas obras para aprovechar el morbo sensacionalista que puede proporcionarles protagonismo mediático”, explica Clara Álvarez de Art Defenders. Junto a la agencia TuMadre decidieron lanzar la acción “The frame to protest”.
La iniciativa tiene el objetivo de poner freno a los ataques contra obras de arte. Una de sus acciones es enmarcar los lugares donde se esconden los verdaderos responsables de la situación climática actual. Por ejemplo, el Congreso, el Ministerio de Medio Ambiente, así como empresas petroleras y energéticas en España.
El colectivo señala que defiende la necesidad de protestar frente al cambio climático. No obstante, pide hacerlo respetando el arte. Su argumento se centra en que los registros artísticos histórico no son de gran importancia para políticos y empresarios. La campaña cuenta con una web en la que se señalan los lugares del mundo para protestar. Además, cuentan con una página en Instagram donde hablan del arte y su relación con la contaminación.
La acción incluye un vídeo que invita a reflexionar sobre la naturaleza de estas protestas y su aparente efectividad. También se critica el papel de aquellos medios de comunicación que buscan más el morbo que la información. Además, facilita la protesta general a través de la creación de un filtro de Instagram que simula el marco junto con la frase “La culpa no es del arte, es de ellos”. Este dedicado a quienes quieran unirse fotografiando los lugares donde se toman las decisiones que afectan el futuro de nuestro planeta.