Después de 55 años, American Airlines anunció que deja de imprimir su icónica revista a bordo American Way. Es solo un caso que ilustra lo que pasa con el marketing y el consumo de contenidos en las alturas. Te contamos aquí.
Las revistas de los aviones han sido por décadas eficaces herramientas de marketing. La oportunidad que ofrecen para llevar mensajes a un público casi totalmente desconectado y en pausa obligatoria, a veces por un largo periodo de tiempo, convirtió a estos productos en los últimos sobrevivientes de la moribunda industria editorial en papel. Pero como pasó con muchos otros rubos, al parecer la pandemia ha terminado de dar la estocada final que las lleva a la reinvención.
American Airlines anunció hace poco que luego de 55 años deja de imprimirse su icónica revista American Way. Es este solo un ejemplo de lo que pasa en el sector afectado, en primer lugar, por la creciente digitalización, y en segundo lugar por el gran bajón que sufrió la industria aeronáutica con la crisis sanitaria.
Estos productos, con reportajes turísticos, entrevistas a personalidades y mucha publicidad, eran en plato fuerte para el entretenimiento a bordo, pero hoy, con las posibilidades mucho más diversificadas, su futuro es incierto, especialmente por dos factores que se han precipitado de forma trepidante.
En primer lugar, cada día son más los aviones que ofrecen sus contenidos en soportes digitales. Tanto su material informativo como su catálogo de venta a bordo y, desde luego, sus anuncios, se ofrecen en las pantallas interactivas a bordo y en las apps de las aerolíneas que pueden desplegarse en el vuelo, sobre todo porque cada día es más común que los aviones cuenten con wifi, lo que hace que ya sea inexistente la tradicional desconexión que antes era la regla en todos los viajes.
Luego, con la pandemia en 2020 vino la reducción de la movilidad que afectó los ingresos de las líneas aéreas al punto de volver insufragables costos accesorios como la impresión de revistas, que a su vez se veían como un vector de contagio debido a que pasan de una mano a otra dentro de un espacio tan cerrado como lo es un avión.
Y a este coctel de circunstancias se suman más factores que cavan más la sepultura de las revistas. Los ingenieros aéreos afirman que eliminarlas ayudará a que los aviones pesen menos (suena increíble pero en este rubro cada gramo que pueda eliminarse es ganancia) y los encargados de la contabilidad se alegran de la reducción de costos que implica el eliminar la impresión y decicarse a la virtualidad.
Como decíamos al principio, las revistas de los aviones quizá serán los últimos productos editoriales en papel en desaparecer por sus características especiales, pero aún así, pareciera que su fin está muy cerca. ¿Qué opinas?