China, sede del evento, ha sido centro de denuncias por violación de derechos humanos y las empresas intentan estar bajo perfil para no salir perjudicadas tras esta alianza comercial.
El gobierno chino se ha estado preparando durante mucho tiempo para uno de los eventos deportivos más importantes del mundo: Los Juegos Olímpicos de Invierno 2022. Una cita obligatoria tanto para los fanáticos del deporte como para las marcas como Toyota, Omega, Airbnb, Alibaba y muchas otras que buscan conectar con su audiencia.
Pero, en esta ocasión, ambas parecen encontrarse en un terreno viciado por las denuncias contra las autoridades chinas y las tibias actuaciones de las empresas que no dan marcha atrás al patrocinio de este año pero que prefieren mantener un perfil bajo para no verse amenazadas por la publicidad negativa de China.
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Sportwashing
Ante este escenario, asociaciones sin ánimo de lucro y organizaciones activistas internacionales como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, han sido algunas de las que se han sumado a las denuncias y reivindicaciones y solicitan que se termine con el “sportswashing”.
Un calificativo con el que sugieren que el gobierno chino intenta lavar su mala reputación a través del deporte. “Las empresas patrocinadoras siguen guardando silencio respecto de cómo usan su influencia para abordar la estremecedora situación de los derechos humanos en China”, señaló a finales del 2021 Sophie Richardson, Directora para China de Human Rights Watch.
“Están desaprovechando la oportunidad de mostrar su compromiso con los estándares de derechos humanos y, a su vez, se exponen al riesgo de quedar asociados a unos juegos olímpicos marcados por la censura y la represión”, agregó Richardson.
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En mayo de 2021 la asociación se dirigió a las marcas patrocinadoras de los Juegos Olímpicos de Invierno, mientras que Allianz lo hizo en octubre del año pasado, para preguntarles a estas empresas cómo estaban gestionando los riesgos de derechos humanos que conlleva su relación con la competición.
Únicamente recibió una respuesta Allianz, en la cual se señalaba: “Apoyamos al Movimiento Olímpico y no cederemos en nuestro apoyo permanente a sus ideales”. En declaraciones a Bloomberg, desde Omega declaró: “Como marca global, ciertamente estamos al tanto de las tensiones internacionales y realizamos un atento seguimiento… Creemos en verdad que los Juegos Olímpicos ofrecen la oportunidad ideal para encontrarnos en un espacio común, con un espíritu de unidad”.
Acusaciones en contra de China
Llegados a este punto surge una pregunta fundamental, ¿cuáles son las denuncias en contra de China? pues, para quiénes aún no estén al tanto, a este gobierno se le acusa de permitir un régimen de trabajo que atenta contra los derechos humanos en determinados sectores, sobre todo en el textil.
Tanto así, que esto ha llevado al propio Comité Olímpico Internacional (COI) a llevar a cabo una investigación, por parte de terceros. Es decir, a los proveedores de productos de indumentaria y calzado para los Juegos, entre ellos las marcas Anta Sports y Grupo Hengyuanxiang.
Se trata de un análisis, mismo que inició en septiembre de 2021 y está alineado con el Código de proveedores del COI. Y, el resultado ha sido contundente, hasta ahora no se encontró ningún trabajo forzoso, servidumbre o explotación infantil.
¿A qué temen las marcas?
Todo este contexto ha generado un aura de temor entre las marcas, que no quisieran ver mellada su reputación por apoyar la celebración del evento, que incluso debe hacer frente al contexto pandémico para proveer un ambiente saludable para atletas y fanáticos.
De igual forma, China constituye un mercado importante para las marcas que no quisieran que recibir ningún tipo de represalias comerciales por parte de las autoridades de este país, conocido sobre todo por su injerencia en el sector privado.