Por: Gustavo San Martin, Docente de la carrera de Administración y Negocios del Deporte de la UPC.
Desde su fundación, en 1894, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha pasado por una serie de altibajos, desde la poca expectativa en las primeras ediciones de los Juegos Olímpicos, pasando por los boicots en Moscú 1980, por parte del bloque occidental, la respuesta en Los Ángeles 1984 por el bloque socialista, hasta su máximo momento que podríamos ubicarlos en Beijing 2008 e incluso Londres 2012.
Esa es la cara visible de la organización, el evento deportivo mundial de mayor cobertura, el que consagra a deportistas y refuerza a las ciudades organizadoras en la élite mundial. Tras todo lo que vemos en la televisión, existe un arduo trabajo de años para llevar a buen puerto la organización de unos juegos multideportivos en el ciclo olímpico.
Todo ello no podría ser posible sin una sólida organización y una institución que avala estos juegos. En setiembre de este año, en la ciudad de Lima, se realizará la sesión 130 del Comité Olímpico Internacional. En ella, los miembros del COI elegirán la ciudad que acogerá los Juegos Olímpicos de 2024, la cobertura mediática y la relevancia de este evento por los asistentes – los miembros COI, los presidentes de todas la Federaciones Internacionales del programa, las máximas autoridades de las ciudades candidatas: Los Ángeles y Paris, además de un sinnúmero de personalidades – hacen de este evento uno de los más importantes del mundo deportivo.
Además, como ya sabemos, en el 2019, Lima también acogerá los Juegos Panamericanos, el evento deportivo más importante del continente.
Desde un espacio académico, la carrera de Administración y Negocios del Deporte de la Universidad de Ciencias Aplicadas- UPC- organizó el 17 de mayo la Conferencia Internacional DEPORTE EXPRESO 2017: “Preparándose para un Mega evento Deportivo”. La confirmación de los expositores de Argentina, Brasil y Grecia fue una muy buena alternativa para conocer por dentro la magnitud de una organización de este tipo.
La preparación no es solo producto de la buena voluntad de los actores, es necesaria la profesionalidad de los gestores deportivos y colaborar con la solidez de las instituciones desde su capacidad y sostenibilidad en el tiempo.
Las oportunidades se están presentando para el crecimiento de la industria deportiva desde las organizaciones, depende de nosotros aprovecharlas como plataforma hacia el futuro de nuestro deporte.