Las marcas de lujo ahora tienen el desafío de convencer a los usuarios de comprar sus productos, antes de que estos se dejen seducir por aquellos más económicos e incluso sugeridos por los creadores de contenido.
Hablar en público sobre comprar productos más baratos, o incluso imitaciones de marcas conocidas, ya no es una vergüenza social. De hecho, se está convirtiendo en toda una tendencia que se posiciona bajo el nombre de #dupe en TikTok. Ahí, el hashtag ya acumula más de 3500 millones de visitas lideradas por la generación Z e impulsado por creadores de contenido.
Un claro ejemplo de esto es la creadora Ariana Vitale que, según recogen en Fast Company, publicó sobre productos que supuestamente se ven y se sienten como la ropa de Lululemon, a una fracción del costo. En lugar del precio minorista de Lululemon de US$90, los modelos que Vitale promocionaba estaban a tan sólo US$20.
“Hola chicos, aquí están los parecidos a Amazon Lulu más vendidos de este mes. Y yo solía trabajar en Lulu, ¡así que les prometo que son idénticos!”, señala Vitale en una publicación. La misma tiene ya más de 955.000 visitas.
@arianavitale back at it with this months top best selling lulu inspired finds from amazon🫶🏽#lululemondupes #lululemon #amazonluludupe #lululemonhack #amazonfashion #amazonathleticwear #fyp #lululemoninspired #greenscreen ♬ original sound – ARIANA VITALE
Pero, ¿qué son los dupes?
El término “dupes” es una abreviatura de duplicado. Así se hace referencia a productos menos costosos que aquellos comercializados por marcas famosas. Cabe mencionar, que el caso mencionado de Vitale es solo la punta del iceberg, esta tendencia no se límita al mercado de ropa.
La tendencia de los dupes ha tenido un poder multiplicador a otras categorías de consumo: ropa, zapatos, decoración del hogar, electrónica, limpieza para el hogar, y sobre todo, cosmética y belleza. Los usuarios encuentran este tipo de productos tanto en grandes superficies comerciales como en los rincones de Amazon.
Pero no se trata de algo nuevo. En The Atlantic explican que a comienzos de la década de los 2000 ya había blogueros haciendo uso del concepto para recomendar productos alternativos a aquellos que hubiesen sido retirados del mercado, o también para establecer relaciones entre marcas.
Es decir, si un consumidor no encontraba o no quería pagar por un corrector de Giorgio Armani, podía acercarse al de Maybelline, al formar parte ambas firmas del grupo L’Oréal. Una idea que, definitivamente se ha transformado.
¿Las marcas deberían temer a esta tendencia?
Vitale no es la única que publica sobre los engaños de Lululemon. De hecho, los engaños se han convertido en un estilo y una tendencia por sí solos. En el pasado, la compra de productos de imitación se hacía principalmente a escondidas, con el objetivo de hacerlos pasar por auténticos.
Ahora, principalmente entre la Generación Z, encontrar y alardear de engaños se ha convertido casi en un deporte, con su propia cobertura mediática. Teen Vogue publicó un artículo en enero titulado «11 mejores Lululemon Dupes en Amazon». Según la propia Lululemon, el hashtag #lululemondupes tiene más de 150 millones de visitas.
Sobre esta tendencia algunos usuarios sugieren que los “dupes” también están ligados a la tendencia del “de-influencing”. Por el hecho de atraer a usuarios que quieren evitar las dinámicas comerciales y la cultura tradicional de los influencers. Mismas que está basada en la recomendación e invitación al consumo de productos y servicios.