El objetivo de Burger King es reducir su huella de carbono y adaptarse a las nuevas costumbres de los consumidores.
La pandemia del COVID-19 ha obligado que los hábitos de consumo se modifiquen y la presencia en los restaurantes físicos ha disminuido considerablemente. El delivery se ha convertido en tendencia y está siendo la modalidad principal que están usando los consumidores, antes de comer en el propio restaurante. Es por ello que las compañías están adaptándose a las nuevas condiciones, buscando soluciones para afrontar la ‘nueva normalidad’.
Tal es el caso de Burger King, que pretende iniciar a construir restaurantes sin comedor el año 2021. Estos contarían con techos solares, en los consumidores podrán estacionar su vehículo mientras espera a que los empleados lleven el pedido, el cual se podrá comer ahí mismo o recoger la comida y marcharse. La cadena de hamburguesas considera que este cambio reducirá la huella de carbono.
Asimismo, Burger King también pretende diseñar restaurantes en forma de ‘T’ en los que el servicio de acogida sea más grande que el propio restaurante. En la parte de arriba se situaría la cocina y un pequeño comedor, mientras que abajo habría un mostrador en el que se solicitará el pedido y, además, muchos carriles para vehículos que estarían debajo de esa cocina y comedor. Esta idea idea de crear restaurantes sin comedor no es nueva. De hecho, está siendo ideada e implantándose en algunas compañías y cadenas de restaurante, sobre todo en Estados Unidos.
El proyecto de Burger King es preciso en un contexto en el que las medidas de precaución serán muy importantes para los consumidores, tras la pandemia del COVID-19.
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