Tim Burton lo eligió para interpretar al Guasón en la versión de Batman de 1989 y el actor puso como principal requerimiento que su contrato sea diferente al del resto del reparto.
El gran Jack Nicholson cumple 87 años y la huella que ha dejado en el mundo actoral es imborrable. Tuvo su primer papel en 1958 en la película en blanco y negro “Cry baby killer” en la que interpreta a Jimmy Wallace.
Desde entonces participó en más de 60 películas y se le recuerda por sus papeles en largometrajes como “Chinatown”, “El Resplandor”, “Batman” o “Los Infiltrados”. Todos ellos caracterizados por el sello personal de Nicholson: gestos grandilocuentes al hablar y mirada penetrante para amenazar.

A lo largo de su carrera ha sido nominado 12 veces a los premios Oscar, siendo ganador de tres estatuillas: dos a mejor actor en 1975 (“One flew over the cuckoo’s nest”) y 1997 (“As good as it gets”), así como una a mejor actor de reparto en 1983 (“Terms of endearment”).
Como vemos, el actor posee un contundente legado al haber sido dirigido por nombres de peso de la industria, como Roman Polanski, Stanley Kubrick, Martin Scorsese o Tim Burton. Precisamente, este último lo eligió para interpretar al Guasón en la versión de Batman de 1989. El primer requerimiento de Nicholson para aceptar fue que su contrato sea diferente al del resto del reparto, pero nadie sospechaba cuán específicas llegarían a ser sus demandas.

Contrato a medida del Joker
En ese entonces, la tarifa estándar de Nicholson para trabajar era de $10 millones, pero aceptó interpretar al Guasón por solo $6 millones. Esto con la condición de que, si la película tenía éxito en taquilla, obtendría un porcentaje de dichos ingresos, lo cual también incluyó la venta de merchandising del personaje.
Asimismo, solicitó que todas sus escenas se rodaran dentro de cierta parte de la producción y tenía un horario de trabajo distinto, por lo que podía pasar mayor tiempo fuera del set que sus compañeros. En tanto, Batman tuvo $35.000.000 de presupuesto y terminó recaudando $411.569.241 en taquilla mundial.
El filme desarrolló una campaña de marketing y comercialización diversificada con juguetes, disfraces, un videojuego, entre otras acciones. Ello consiguió que las ganancias totales combinadas de Jack Nicholson ascendieran a casi $90 millones y volvió al actor en uno de los mejores pagados por solo un papel.
