La publicidad televisiva de Amica Chips se desarrolla en un monasterio donde un grupo de monjas se dispone a comulgar. “Ofende la sensibilidad de millones de católicos practicantes”, es una de las críticas hacia la narrativa que reemplaza papas fritas por la comunión
En Italia, un anuncio televisivo de papas fritas ha despertado polémica por jugar con un escenario vinculado al catolicismo. Se trata de un video de 30 segundos de la marca Amica Chips, una de las principales de este producto en el país europeo. La pieza audiovisual muestra monjas comiendo chips de papas en lugar de la hostia mientras reciben la comunión. Una sátira que les cuesta, ahora, la indignación de una asociación de televidentes católicos.
El spot se desarrolla en un monasterio e inicia con las imágenes de un grupo de monjas preparándose para recibir la comunión. Sin embargo, quien sería la madre superiora observa que no hay hostias y decide llenar el tabernáculo con papas fritas.

Por eso, sonando el Ave María como musicalización, las monjas se acerca a realizar el sacramento. Pero la primera en recibir la eucaristía percibe el crujido de lo que acaba de introducir en su boca. Finalmente, se observa a la madre superiora comiendo las papas de la bolsa. Este anuncio se emitió por televisión.
Los reclamos de católicos por sustituir la comunión con papas fritas
Al respecto, Lorenzo Marini Group, empresa que creó el comercial, señaló que la campaña tenía como público objetivo a un mercado joven. “Con una fuerte ironía británica (y esperaba) expresar el irresistible crujido de Amica Chips”. Pero la estrategia de venta no fue bien recibida por Aiart, una asociación de telespectadores católicos. Esta pidió que el anuncio fuera «suspendido inmediatamente».

El presidente de la asociación, Giovanni Baggio, acusó a la empresa de recurrir a la blasfemia para aumentar las ventas. Además de calificarlo como “escandaloso” señaló que “ofende la sensibilidad de millones de católicos practicantes”. «Muestra una falta de respeto y creatividad», añadió en un comunicado. “Es una señal de incapacidad para hacer marketing sin recurrir a símbolos que nada tienen que ver con el consumo y la comida crujiente”.
Por otro lado, recibió críticas de parte del periódico católico Avvenire. En una editorial dijeron: “Cristo ha sido reducido a una patata frita. Degradado y vilipendiado como hace dos mil años”.