La marca identificó que los padres millennials pasan cuatro horas semanales con sus hijos, en promedio. Esa esta la base de la campaña “Salvemos el Juego”, de Oreo, y este el conmovedor resultado del experimento social
Una nueva campaña de Oreo se dirige a las dificultades que enfrentan los padres a la hora de criar. Tal como en 2023, la marca reunió a un grupo de padres millennials, pero esta vez desde una mirada mucho más emotiva. En base a un estudio ejecutado en Colombia, Chile y Costa Rica, la marca identificó que los padres pasan muy poco tiempo con sus hijos entre semana. Una realidad que motivó la campaña “Salvemos el Juego”. Este es el conmovedor resultado del experimento social de Oreo.
En base a las respuestas de 570 padres de familias millennials, Oreo identificó que, en promedio, los padres pasan cuatro horas semanales con sus hijos. Por eso, reunió a un grupo de ellos para conocer que hay detrás de la realidad. Las respuestas evidenciaron que los horarios laborales fueron el impedimento principal para los padres.
No obstante, cuando se les consultó cómo aprovechan el tiempo con sus hijos, se observó que “ese poco tiempo juntos, en realidad no lo comparten”. “Puede estar uno ahí, pero tiene el celular en la mano respondiendo una llamada o algún tema”, explica uno de los entrevistados. Los otros testimonios coinciden en que las responsabilidades se interponen para pasar tiempo con los niños.
Además, el estudio reveló que la poca cantidad de tiempo destinada a los hijos es recompensada con regalos en el 74% de los casos. Este reemplazo es el que aprovecha Oreo para evidenciar a los padres aquello que sus hijos esperan de ellos. En un cuarto lleno de juguetes, los niños escogieron lo que más les gustaba. Pero cada juguete tenía un precio no monetario.
“Tienes que elegir si llevarte el juguete o pasar más tiempo con tus papás”, le preguntaron a cada niño. Las respuestas fueron diversas. Algunos señalaron que preferían el tiempo con sus padres, mientras que otros optaron por el juguete nuevo. Los que eligieron los juguetes señalaron que sus papás estaban siempre ocupados o de mal humor. Finalmente, los padres compartieron sus reflexiones al respecto e hicieron promesas a sus hijos.