El estudio “Music in Film Trend Report 2025”, de Musicbed, identifica que estas vienen redefiniendo la creación de contenido, el cine, la televisión y más.
En el mundo de la publicidad, un comercial puede contar con las mejores imágenes, una edición pulcra y un potente storytelling, pero, si la música elegida no conecta con los consumidores, lo más probable, es que el contenido tampoco lo haga. Allí radica la importancia de usar melodías que transmitan emociones, por lo que esto no debe ser tomado a la ligera.
En ese sentido, la publicidad no solo entra por los ojos, sino también por los oídos. Por eso, el soundtrack debe ser muy bien pensado, de acuerdo al formato y al público objetivo al que se dirige.
Esto quiere decir que la melodía de stock quedó atrás, los consumidores de hoy buscan música auténtica que los conmueva. Sobre todo, porque permite generar emociones que impactan al público a un nivel profundo. Bajo ese panorama, el estudio “Music in Film Trend Report 2025”, de Musicbed, identifica las tendencias musicales que vienen redefiniendo la creación de contenido, el cine, la televisión y más.
Nostalgia por los 2000
El resurgimiento de la moda Y2K y el diseño de la década del 2000 han impactado a la cultura popular. Precisamente por eso, cada vez más creativos recurren a la música de esa época por la nostalgia que evoca.
Si bien son pocas las personas que echan de menos la época previa a los smartphones, al parecer la música de esos años atrae al público millennial. Ello brinda a los creativos una oportunidad única de generar un vínculo emocional con ellos, por medio de la asociación a un recuerdo.
Al respecto, una encuesta reciente reveló que seis de cada diez personas son más propensas a interactuar con una publicidad que apela a la nostalgia. De hecho, esta también genera confianza: tres de cada cuatro personas aseguran que las hace más propensas a conectar con una marca.
Lo clásico no tiene pierde
La música clásica tiene el poder de convertir un spot publicitario simple en algo gigante. Debido a eso, las mentes creativas siguen recurriendo a ella: es atemporal, dramática y aporta una atmósfera distinta a la historia.
La tonalidad de este tipo de música puede provocar angustia o añadir una tensión insoportable. Por ejemplo, la campaña “Ganar no es para todos” de Nike usó la Sinfonía Nº 9 de Beethoven para reforzar la naturaleza intensa de la competencia.
En cambio, si se cambia a una melodía de sonido mayor, transforma la escena en una llena de esperanza y triunfo. Ningún otro estilo musical ofrece este nivel de control emocional, por lo que ha sido un referente por décadas.