Crisis. “Debo decir que estoy un poco harto de vivir en una época sin precedentes, me gustaría vivir en una con precedentes durante un par de años”, comentó también Alan Jope durante la cumbre mundial del Consumer Goods Forum.
Las compañías deben hacerse a la idea de que el estado de crisis será más o menos “la nueva normalidad” en una economía mundial que se enfrenta a la creciente inflación, el cambio climático y la previsible crisis alimentaria. Esto fue lo que dijo Alan Jope, CEO de Unilever, durante la cumbre mundial del Consumer Goods Forum, congreso internacional que se celebra esta semana en Dublín y que acoge a directivos y expertos de los sectores del Gran Consumo y la Distribución.
“Debo decir”, comentó también Jope “que estoy un poco harto de vivir en una época sin precedentes, me gustaría vivir en una con precedentes durante un par de años”. Con estas palabras aludía a la situación creada por la pandemia, la invasión de Ucrania y los problemas económicos derivados de ella.
“Probablemente la crisis va a constituirse en norma durante un tiempo”, dijo. “Estamos en las estribaciones de una crisis alimentaria mundial muy significativa de la que todavía no visualizamos el impacto total que puede tener, y por supuesto la madre de todas las crisis es la emergencia climática”.
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La fabricación sostenible
Jope también habló sobre la sostenibilidad durante su intervención. Indicó que las compañías no deben caer en la trampa de creer que fabricar productos más sostenibles es más caro y compromete la calidad.
“Los consumidores exigen de las marcas que tengan en cuenta sus valores”, aseguró. “Lo mejor del asunto es que puedes tener productos de más calidad, mejores para el medio ambiente y que cuesten menos”.
El CEO de Unilever admitió que no tiene “ni idea” de cómo la compañía va a reducir las emisiones de carbono denominadas “scope 3”, que son las que resultan de actividades no controladas por la organización, pero que tienen un impacto indirecto en su cadena de valor.
En el caso de una compañía como Unilever, esas emisiones se producen cuando la gente cocina con sus productos de alimentación, lava su ropa con su detergente o se lava el pelo con su champú y suponen actualmente el 60% de la huella de carbono total de la compañía.