El vuelo de la empresa de Elon Musk tuvo como destino la Estación Espacial Internacional. Parte de la investigación es conocer cómo es la interacción entre microbios y animales en entornos de gravedad cero. Te contamos más aquí.
Space X, la empresa especial de Elon Musk, envió a la Estación Espacial Internacional (EEI) un cohete con suministros y material de laboratorio. En el inventario había más de una centena de calamares bebé y unos 5.000 animales microscópicos conocidos como tardígrados.
El cohete Falcon 9 de la contratista se lanzó a la 1:29 pm ET el pasado jueves.
Los 128 calamares baby bobtail se utilizarán como parte de la investigación sobre los efectos de los vuelos espaciales en las interacciones entre microbios y animales, reseñó la BBC.
Los microbios juegan un papel importante en el desarrollo normal de los tejidos animales y en el mantenimiento de la salud humana, dijo la NASA. “Los animales, incluidos los humanos, dependen de nuestros microbios para mantener un sistema digestivo e inmunológico saludable”, dijo el investigador principal del experimento, Jamie Foster de la Universidad de Florida.
“No entendemos completamente cómo los vuelos espaciales altera estas interacciones beneficiosas”, dijo Foster. “El experimento utiliza un calamar bobtail que brilla en la oscuridad para abordar estos importantes problemas de salud animal”.
Los 5.000 tardígrados, también conocidos como osos de agua, son conocidos por su tolerancia a vivir en ambientes extremos. Se trata de la forma de vida más resistente de la Tierra, capaces de sobrevivir hasta 30 años sin comida ni agua. Eso los convierte en un organismo ideal para estudiar la supervivencia biológica en condiciones extremas en la Tierra y en el espacio, según la NASA.
Los resultados podrían avanzar en la comprensión de los factores de estrés que afectan a los humanos en el espacio, dijo la NASA. “Los vuelos espaciales pueden ser un entorno realmente desafiante para los organismos, incluidos los humanos, que han evolucionado a las condiciones de la Tierra”, dijo el investigador principal tardígrado, Thomas Boothby de la Universidad de Wyoming.
“Una de las cosas que realmente estamos ansiosos por hacer es comprender cómo los tardígrados sobreviven y se reproducen en estos entornos y si podemos aprender algo sobre los trucos que están utilizando y adaptarlos para proteger a los astronautas”, dijo.