Por Rocío Arbulú, directora de estrategias de Comunicación y Cultura – Dench Consulting.
Fui uno de esos especímenes raros que ahí por finales de los 90 se graduó de la universidad en la carrera de ciencias de la comunicación, y más extraño aun, con especialidad en Comunicación para las Organizaciones. Salí al mundo real estando totalmente convencida que era posible aplicar todos los conocimientos adquiridos en alguna empresa para que los trabajadores (todavía no se le llamaba colaboradores, ese término entró de moda después) puedan ser felices y enfocados.
Pero… ¿qué creen que pasó? Ninguno de los 7 (de casi 100) que nos graduamos de esa especialidad encontró chamba, todos terminamos haciendo otra cosa. En mi caso, trabajando en Bélgica, España e Inglaterra dentro de la Dirección de Comunicaciones de una empresa gringa. En esos casi 12 años aprendí muchísimo, no solo de marketing y comunicación sino también por primera vez sentí en carne propia que una empresa se preocupe primero por lo de adentro, por alinear y motivar a sus colaboradores antes que nada. Y sí, confirmé entonces que lo aprendido en la facultad sobre comunicación interna no era una fumada de los profes de esa época, se podía y debía gestionar la comunicación organizacional.
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Después de más de una década tuve la suerte de regresar al Perú a trabajar en Comunicación Interna y Endomarketing. De pronto, ahí por el año 2013 ya el tema era un boom, las empresas empezaban a contratar comunicadores o profesionales afines para motivar y alinear a los colaboradores dentro de la empresa.
¿Qué había cambiado en esos años? Yo lo defino en algunas frases:
- Un Perú que había crecido a un ritmo nunca antes visto
- Empresas que necesitaban también crecer y contar con el mejor talento
- Un déficit grande en la educación del país y por consecuencia muy pocos profesionales disponibles
- Nuevas generaciones que ya no se impresionan por trabajar en grandes corporaciones ni hacer carreras que duren toda la vida.
Esto dio como resultado una guerra despiadada por el talento y una gran necesidad de mantener a los colaboradores motivados de verdad, comprometidos y alineados con los objetivos del negocio.
Y fue así como los Directores y Gerentes se han puesto las pilas y la comunicación interna ha empezado a jugar un rol cada vez más importante, evolucionando en los últimos años de ser el departamento que envía los comunicados al equipo que participa activamente en los procesos de cambio y hasta transformación cultural y digital. El endomarketing por su parte también ha conquistado su espacio. Se está entendiendo por fin, que si bien los principios son los mismos al marketing externo, tiene sus propias particularidades: no se trata solamente de replicar la campaña externa al interior de la empresa con un perfecto copiar y pegar, hay que conocer bien a tus segmentos para adaptar y flexibilizar.
Corren tiempos muy interesantes para los apasionados por la comunicación y el endomarketing, razón por la cual es objetivo de esta columna contar con un espacio para comentar tendencias, casos, frustraciones, alegrías y todo lo relacionado con el tema. ¡Empezamos ya!
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