Luego de una escalada de inconvenientes que convirtieran al fármaco en el peor valorado de la crisis sanitaria, la compañía decidió registrarlo con un nombre diferente para sortear los embates. Te lo contamos en esta historia.
La vacuna de Oxford-AstraZeneca se ha registrado de manera comercial como Vaxzevria. Con este cambio de denominación la farmacéutica busca sortear los embates de una profunda crisis de reputación luego de que el suero inmunizador ha sido cuestionado en los cinco continentes por diversos motivos.
El más grave son los efectos secundarios fatales registrados en pacientes europeos que han sufrido de cuadros de trombosis -algunos incluso muerto a causa de los coágulos- luego de aplicado el fármaco.
Antes de eso la vacuna fue cuestionada en su efectividad real, sobre todo en mayores de 60 años, justamente la población más necesitada de la inmunización; y a nivel logístico también fue acusada por no cumplir con los plazos de entrega en diversos países, al punto de que varios gobiernos amenazan con llevar a la empresa al tribunal de Bruselas para que rinda cuentas sobre las vacunas ya pagadas que no terminan de ser entregadas.
La semana pasada Estados Unidos cuestionó los resultados de los ensayos de la vacuna en su territorio y no termina de darle el visto bueno para su uso en su población. Ahora Canadá limitó su aplicación.
Aunque la farmacéutica sueca insiste en la seguridad de su vacuna, la realidad es que la marca quiere desmarcarse de esta crisis de reputación que ya ha marcado la opinión pública y que pone en duda la confianza de una de las vacunas más prometedoras, la primera que dio esperanzas al mundo para superar la crisis pandémica.