La acción busca ayudar a identificar problemas de salud mental en los usuarios, a través de sus publicaciones en plataformas digitales.
El impacto negativo de las redes sociales en la salud mental es real. La Real Sociedad de Salud Pública (RSPH) y el Movimiento Juvenil de Salud (YHM) de Reino Unido dieron cuenta de esto hace algunos años cuando lanzaron un estudio donde se evidencia el incremento en las tasas de ansiedad y depresión, con dificultades del sueño y otros tipos de problemas como consecuencia del uso de estas plataformas.
Un escenario que ha llevado a un grupo de investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) a desarrollar un algoritmo que funciona como una herramienta dirigida a los psicólogos para facilitar el diagnóstico de problemas mentales a través de lo que los usuarios publican en sus cuentas en redes sociales.
“Cómo nos mostramos en las redes sociales puede proporcionar información útil sobre los comportamientos, las personalidades, las perspectivas, los motivos y las necesidades”, apunta Mohammad Mahdi Dehshibi, quien ha liderado esta investigación en el grupo AI for Human Well-being (AIWELL), de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.
El modelo de aprendizaje que emplea el algoritmo se basa en las cinco necesidades del comportamiento humano de la teoría de la elección de William Glasser. Supervivencia, poder, libertad, pertenencia y diversión son esos aspectos que tiene en cuenta.
¿Cómo funciona el algoritmo?
La UOC asegura que esta solución tecnológica es capaz de identificar el contenido de las imágenes para asignar distintas etiquetas propuestas por psicólogos. Estos compararon los resultados con una base de datos de más de 30.000 imágenes, leyendas y comentarios.
Todo esto se utilizó para elaborar un estudio, en el que se analizaron 86 perfiles de Instagram. Una de las conclusiones señala que los usuarios hispanohablantes son más propensos que los angloparlantes a mencionar los problemas sobre sus relaciones cuando se sienten deprimidos.
“El estudio de los datos de las redes sociales pertenecientes a usuarios que no hablan inglés podría ayudar a construir herramientas y modelos inclusivos y diversos para abordar los problemas de salud mental en personas con diversos antecedentes culturales o lingüísticos”, aseguran los investigadores detrás de este proyecto.