Según un informe de State of Grocery Latam 2024, estas tiendas representan el 72% de ese sector en el Perú. Esto también se replica en Bolivia y Guatemala en la cotidianidad de los consumidores.
En el Perú, resulta bastante sencillo encontrar una bodega en cualquier parte del país. No hay barrio que no tenga una y no existe nada más cotidiano que ir a comprar allí. Desde los víveres para la semana o ese ingrediente que a último momento le hace falta al aderezo.
No sorprende entonces que, según la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP), haya alrededor de 535.000 bodegas; sin embargo, recientemente un reporte ha reconocido su aporte a la economía. Un informe de State of Grocery Latam 2024 evidencia que dichas tiendas representan el 72% del mercado minorista peruano.

Esta estabilidad, observada entre 2022 y 2023, subraya la resiliencia de este canal frente a la expansión de formatos modernos como supermercados, hipermercados y discounters. Asimismo, Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel, resalta el impacto directo que tienen las bodegas. “Más del 80 % de los productos vendidos en estos establecimientos provienen de proveedores nacionales, lo que impulsa cadenas de valor que benefician a micro y pequeños empresarios”, especifica.
El éxito de las bodegas radica en su proximidad, trato personalizado y capacidad para adaptarse a las necesidades locales. La investigación indica que este patrón no es exclusivo del Perú, sino que se replica en países como Bolivia y Guatemala en la cotidianidad de los consumidores.
Frente a ello, el reto para los minoristas consiste en equilibrar innovación con tradición, adaptándose a las nuevas dinámicas del mercado. Sobre todo, para continuar siendo un componente clave de la economía peruana.