En un inicio, las reglas afectarán a los influencers con más de un millón de seguidores, exigiendo la etiquetación clara de contenido comercial y protección de menores. Multas de hasta 600,000 euros se aplicarán en caso de incumplimiento.
El reciente escándalo que envuelve a la reconocida influencer italiana Chiara Ferragni ha desencadenado una serie de cambios en la normativa del país europeo que regula las actividades de los creadores de contenido en redes sociales. La Autoridad italiana para la garantía en las comunicaciones (AGCOM) ha anunciado un conjunto de normas más estrictas destinadas a mejorar la transparencia en las publicaciones de los influencers, especialmente aquellos con una gran cantidad de seguidores.
La decisión de AGCOM se produce cerca de un mes después de que impusieran a Chiara Ferragni una multa de más de un millón de euros por comercializar un Pandoro con falsos fines benéficos, una situación que ha llevado a la apertura de una investigación por estafa agravada en la Fiscalía de Milán. El escándalo ha generado una mayor atención sobre las prácticas éticas y la transparencia en el mundo de los influencers, desencadenando cambios normativos en Italia.
El nuevo paquete de normas de AGCOM se aplicará inicialmente a aquellos influencers que compartan publicaciones en las redes sociales en lengua italiana, trabajen con marcas afincadas en Italia y tengan más de un millón de seguidores. Estas normas buscan garantizar que los contenidos de naturaleza comercial sean etiquetados de forma correcta para que la audiencia pueda identificar claramente cuando se trata de publicidad. Además, los creadores de contenido deberán velar por la integridad de los menores, estableciendo paralelos con las regulaciones existentes en la televisión y otros medios de comunicación.
En caso de incumplimiento de estas normas, los influencers se exponen a sanciones económicas considerables. Las multas podrían alcanzar hasta 600.000 euros, lo que refleja la seriedad con la que AGCOM aborda la necesidad de un cambio en el comportamiento de los influencers y la transparencia en sus publicaciones.
AGCOM argumenta que, debido al alcance masivo de los influencers, estos pueden ejercer un poder significativo en la promoción de productos y la exposición de marcas, superando en algunos casos a la publicidad tradicional. La entidad sostiene que el «salvaje Oeste» que caracterizaba al marketing de influencers en Italia ha llegado a su fin, y es necesario establecer normas claras para garantizar prácticas éticas.
Estas medidas adoptadas por Italia siguen la senda de la legislación introducida en Francia el año pasado, que prohíbe a los influencers promocionar productos como el tabaco y les exige una transparencia constante en el contenido patrocinado. Además, España se encuentra en proceso de elaborar un real decreto para regular la actividad económica de los influencers, estableciendo un registro estatal y obligaciones específicas para garantizar la protección de los menores y la adecuada identificación de las comunicaciones comerciales.
La influencia de Chiara Ferragni en el desarrollo de estas normativas no pasa desapercibida. Aunque la nueva regulación no está dirigida específicamente a ella, el escándalo del Pandoro con fines benéficos falsos ha puesto de manifiesto la necesidad de un marco normativo más sólido y transparente. Giacomo Lasorella, responsable de AGCOM, asegura que la entidad lleva más de un año trabajando en estas normas, subrayando que, aunque al inicio se centren en influencers con más seguidores, se aplicarán en el futuro a creadores de contenido con menos alcance.
Es importante destacar que AGCOM también impondrá a los influencers la obligación de adherirse al código de conducta aplicado a los medios de comunicación, instándolos a ser imparciales en sus comunicaciones y a evitar la difusión de noticias falsas, así como publicaciones discriminatorias o racistas.