La marca de lapiceros BIC lanza una campaña que recuerda que, antes de los “unfollow” y los “block”, las amistades se tachaban en los anuarios. Con garabatos y tachaduras, celebra el poder del papel para expresar sentimientos sin filtros.
BIC recurre a la nostalgia en su nueva campaña, recordando una época en la que las amistades no se rompían con un clic, sino con un lapicero sobre el anuario escolar. Esa es la premisa de “Unfriending Before Social Media”, una propuesta que destaca cómo las emociones ya se expresaban a tinta mucho antes del mundo digital.
Desarrollada por la agencia BoldFrameCreative en Estados Unidos, la pieza gráfica se inspira en los clásicos anuarios escolares: garabatos, nombres tachados, corazones borrados y páginas rasgadas que transmiten cariño, enojo y todo lo que se vivía en los pasillos del colegio.

En ese sentido, en lugar de apoyarse en formatos digitales, la campaña utiliza una pieza visual que imita un anuario impreso, reforzando la esencia de la marca y su relación con la escritura en papel. Esa apuesta por lo tangible se convierte en un mensaje en sí mismo: hay sentimientos que se viven mejor sin pantallas de por medio.
Con humor y una buena dosis de nostalgia, la campaña también recuerda que la tinta ha sido una herramienta poderosa para comunicar emociones auténticas. Desde una dedicatoria llena de cariño hasta un nombre tachado con fuerza, la pluma ha guardado miles de pequeñas historias personales, muchas de ellas imposibles de borrar del todo.
Por lo tanto, la campaña conecta con consumidores que buscan marcas con propósito y con una comunicación más humana. Al final, BIC invita a recordar que hubo una época en la que la amistad, y el fin de ella, se sentía más cerca, personal y real porque estaba escrita en papel.










