La marca lanza una propuesta creada íntegramente con inteligencia artificial junto a Don by Havas, reafirmando que la tecnología también puede potenciar ideas con personalidad y coherencia creativa.
Old Spice vuelve a ocupar un lugar reconocible dentro del mapa publicitario regional con una campaña que combina tecnología, humor y un concepto claro de marca. Para el verano argentino, la firma de cuidado personal presenta una propuesta desarrollada al 100 % con inteligencia artificial, sin abandonar el tono exagerado y absurdo que la ha convertido en un referente de la categoría.
Lejos de usar la IA como simple recurso técnico, la campaña se apoya en esta herramienta para amplificar una idea creativa sólida. Asimismo, el resultado se alinea con la narrativa histórica de la marca con situaciones desbordadas, metáforas extremas y un lenguaje visual que apuesta por lo inesperado para hablar de un problema cotidiano como el mal olor corporal.
Old Spice: IA, humor y consistencia de marca
Bajo el concepto “No saques a pasear al chivo”, la campaña propone una analogía tan directa como ridícula: el mal olor se transforma en un personaje incómodo que nadie debería exhibir en público. La idea funciona porque no busca explicar el producto, sino reforzar una promesa de manera memorable, apelando al humor como principal vehículo de conexión con la audiencia.
El desarrollo creativo estuvo a cargo de Don by Havas, que decidió utilizar inteligencia artificial en todas las etapas del proceso, desde la generación de imágenes hasta la construcción de las escenas. Esta elección no responde solo a una tendencia tecnológica, sino a una búsqueda por explorar nuevas formas de producción sin resignar identidad ni timing creativo.
El equipo liderado por Solana Cukier y Ezequiel Jaden Torres, junto a la dirección creativa de Facundo Boggiano y Hernán Gérez Torres, trabajó el concepto con la lógica de que la IA debía adaptarse al universo Old Spice, y no al revés. En ese sentido, la campaña demuestra que el uso de estas herramientas no implica homogeneizar los mensajes ni perder tono, siempre que exista una dirección creativa definida.
Desde la marca, el proyecto contó con la participación de María Agustina Martínez, Camila Campanini y María Sciarra, mientras que la producción se desarrolló junto a Flamboyant Paradise, con Javier Lourenço y Damián Garófalo al frente.










