¿Te ha sorprendido descubrir que recuerdas un acontecimiento que nunca sucedió? También pasa en el imaginario colectivo y en la industria del marketing. Aquí te lo contamos con algunos ejemplos.
¿Te ha pasado que descubres en tu mente el recuerdo de un acontecimiento que nunca sucedió? No solo pasa en tu mente, también en el imaginario colectivo con sucesos históricos o con referentes culturales.
Aunque algunos califican al fenómeno simplemente como un fallo en la Matrix, la bloguera y «consultora paranormal» estadounidense Fiona Broome lo definió como Efecto Mandela.
El nombre recuerda un caso puntual relacionado con el líder antiapartheid y ex presidente surafricano Nelson Mandela, puesto que, cuando se anunció su muerte en 2013 muchas personas afirmaron recordar que Mandela había muerto en la cárcel en la década de 1980 (obviamente personas muy desinformadas).

Que diversas personas tengan igual número de versiones de lo que sucede a nuestro alrededor es muy corriente, de hecho, es lo normal. Por eso se toman declaraciones a varios testigos cuando hay un crimen, por ejemplo. El cine está lleno de referencias, una de ellas es la célebre Rashomon, de Akira Kurosawa.

No obstante, en lo planteado por Broome hay ejemplos que son sorprendentes, por ejemplo, la creencia popular de que el personaje del logotipo del juego Monopoly porta un monóculo, lo cual es falso; o la frase «Sam, tócala de nuevo», que muchos consideran emblemática en Casablanca, realmente nunca se dice en la película.
Otros ejemplos recurrentes son el de creer que la cola de Pikachu termina con un detalle negro; la frase «Espejito, espejito» que todos relacionan con Blancanieves pero en realidad no se dice en toda la película; u otra frase cinematográfica, «Luke, soy tu padre» en Star Wars, Episodio V, que no se dice de esa manera. Lo que realmente declara Darth Vader es: «No, yo soy tu padre».
En la publicidad es común que se presente en Efecto Mandela ya que justamente esta disciplina busca hacer contenidos memorables, bien sea desde el punto de vista gráfico, auditivo o emotivo. Por eso hay muchos ejemplos de recuerdos errados en logotipos, nombres o jingles, entre otros. Saber detectar y usar a su favor el fenómeno es el gran desafío de publicistas y marketeros, especialmente en esta era cuando compartir contenidos y viralizarlos se ha convertido en trabajo cotidiano.