PETA asegura que la producción de cuero implica el uso intensivo de energía y la utilización de productos químicos peligrosos, como formaldehído y derivados del alquitrán de hulla.
La más reciente iniciativa de PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) ha captado la atención global al rodear la sede de las Naciones Unidas en Manhattan con una iniciativa titulada «PETA: «CUERO PELIGROSO DEL DICTADOR». En este proyecto, la organización denuncia el uso de cuero proveniente de la matanza de animales como otra forma de sufrimiento causado por líderes como Vladimir Putin y Kim Jong-un. La campaña insta al público a rechazar cualquier asociación con estos líderes, evitando la compra de artículos de cuero producidos de manera violenta.
«Todo el mundo puede elegir la no violencia y el bien sobre el mal rechazando la industria del cuero, que causa una catástrofe climática, mata a millones de vacas e incluso aumenta las tasas de cáncer entre los trabajadores de las curtidurías», comentó Ingrid Newkirk, la presidenta de PETA. «Vistámonos por la paz para todos los seres vivos, eligiendo materiales veganos que también protejan nuestro planeta».

La ganadería, incluida la producción de cuero, es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, responsables de casi una quinta parte de todas las emisiones inducidas por el hombre. Además, el Banco Mundial señala que la ganadería ha sido responsable de más del 80% de la deforestación en la selva amazónica desde 1970. Esta actividad, junto con los incendios provocados para limpiar tierras para la cría de ganado, está contribuyendo a la emisión de cantidades significativas de dióxido de carbono.
La producción de cuero implica el uso intensivo de energía y la utilización de productos químicos peligrosos, como formaldehído y derivados del alquitrán de hulla. En contraposición, el cuero vegano sostenible ofrece una alternativa que imita las propiedades del cuero sin recurrir a la crueldad animal ni causar devastación ambiental. Este tipo de cuero se fabrica utilizando una variedad de materiales, como manzanas, corcho, maíz, uvas, setas, papel, piñas, soja o té.
La campaña de PETA también se ha extendido a otras ciudades importantes, como Washington, DC, y Londres, Inglaterra, así como en el continente asiático. Esta estrategia de marketing de guerrilla, llamada «DICTATOR’S DANGEROUS LEATHER», es fruto de una colaboración con la agencia creativa Archer Troy.
