La campaña, creada por la agencia ecuatoriana Punto 99, explora los rituales y creencias populares que muchos conductores usan para “proteger” sus autos. Para conocer el proceso creativo detrás de esta propuesta, Mercado Negro entrevistó a Doménica Hinostroza, copywriter de la campaña.
La relación entre los latinoamericanos y sus autos va mucho más allá de la mecánica. En distintos países de la región, los conductores han heredado una serie de rituales que buscan atraer buena suerte, evitar accidentes o simplemente «asegurar» el bienestar del vehículo.
Desde colocar una moneda en el tablero hasta no cruzar ciertas palabras para evitar la mala fortuna, estas prácticas forman parte del imaginario colectivo que rodea a la experiencia de conducir. En ese contexto cultural, Citroën encontró una oportunidad para conectar con la audiencia a través de un código profundamente latino y, al mismo tiempo, reforzar un mensaje clave: la verdadera protección de un vehículo no depende de la suerte, sino del uso de repuestos originales.
Fue así como nació “Creyentes”, una campaña que combina folclore, humor, observación cultural y un insight potente sobre cómo las creencias influyen en nuestras decisiones detrás del volante.

«Creyentes» de Citroën y el insight cotidiano convertido en concepto creativo
Doménica Hinostroza, copywriter de Punto 99, cuenta que la chispa inicial surgió de un momento completamente espontáneo. «La idea nació un día en el carro, cuando un conocido me dijo que los autos se recalientan en avenidas grandes porque frenan mucho. Me sonó más a leyenda urbana que a un dato técnico», recuerda. Esa observación abrió la puerta a una reflexión más amplia: ¿cuántas creencias similares repiten los conductores sin cuestionarlas?
A partir de ahí, el equipo creativo comenzó a mapear rituales, leyendas y supersticiones que forman parte del lenguaje automotriz cotidiano. Uno de los insights que marcó el camino fue el acto de bendecir el auto, un gesto arraigado en Ecuador. «En una ciudad incluso hay personas que hacen filas de horas para que la Virgen bendiga sus vehículos», comenta Hinostroza. Ese elemento emocional, vinculado a la protección, se alineaba con el objetivo de hablar de seguridad desde un lugar auténtico.

Aunque la investigación y recopilación de rituales fue una parte divertida del proceso, el verdadero desafío creativo vino después. «Lo más retador fue conectar esos insights con la idea de repuestos originales, que era el corazón del brief», explica Doménica. La solución fue construir una narrativa que reconociera las creencias, pero que mostrara que la protección real, la que sí puede evitar daños, depende de las piezas que garantizan el funcionamiento adecuado del vehículo.
De esta forma, con «Creyentes», Citroën no solo se apropia de un territorio emocional con el que muchos latinoamericanos se identifican, sino que también demuestra que las marcas pueden apoyarse en la cultura para construir mensajes memorables sin renunciar a su propósito comercial.










