Un cambio de esta magnitud no debe tomarse a la ligera. Conoce en qué casos específicos puedes realizar este tipo de estrategias.
Un proceso de rebranding que busque impulsar a la marca puede pasar por varias opciones, entre ellas un cambio de nombre o denominación. Un trabajo complejo, pero no imposible, ya que el nombre de una empresa debe estar definido bajo un concepto coherente y muy genuino, que aumente su nivel de recordación.
La estrategia de rebranding que busca dar un nuevo aire a la marca, llega en un momento en que la firma se ha relacionado con valores negativos que perjudiquen su reputación o por alguna transacción u operación legal donde una marca absorba a otra.
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Sin embargo, un cambio de nombre no garantiza el éxito. Por ejemplo, Coca Cola, reconocida por su maquinaria y tino publicitario, se enfrentó a un gran fracaso en los años 80, cuando se presentó a sus consumidores con el nombre de “New Coke” tras una estrategia de rebranding que no salió como se esperaba.
La historia de Telefónica y Movistar es distinta, pues la marca decidió en el 2010 montar una pequeña revolución y cambió el nombre de sus productos y servicios por Movistar en España y Latinoamérica, logrando deshacerse de la mala reputación que tenía entre muchos consumidores.
Es por ello, que si estás pensando en hacer un cambio de nombre debes estar atravesando por alguna de estas situaciones:
- Un alejamiento con el público objetivo.
- La fusión de la otra marca
- Problemas con el registro del nombre
- Diferenciar a la marca en distintas regiones,
- Unificar distintas marcas bajo un mismo nombre
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