Con una inversión de más de USD 7 millones, Urbanizadora ejecuta obras de habilitación urbana e infraestructura como parte del desarrollo de su proyecto bandera Malecón 30 en Lurín.
Urbanizadora, inicia una nueva etapa apostando por un modelo que prioriza la planificación, el diseño y la gestión del suelo. Con obras en marcha y una visión orientada a crear entornos funcionales y de alto valor, la empresa se posiciona como un actor clave dentro del desarrollo urbano formal en Lima.
La compañía viene realizando de manera simultánea obras de habilitación urbana, infraestructura y obra civil, con una inversión de más de USD 7 millones. Esta ejecución ordenada responde al compromiso con más de 300 familias que ya adquirieron lotes en su proyecto bandera: Malecón 30, ubicado en Lurín y con entrega programada para verano de 2026.
Aunque muchos desarrolladores también miran hacia provincias, Urbanizadora apuesta por Lima. Nuestra capital es el mercado inmobiliario más grande y con mayor demanda del país, debido a la concentración de la mayor parte de la población, la actividad económica y la inversión privada.
En Lima hay una demanda alta por suelo formal, habilitado y con potencial de valorización. Esa es precisamente la oportunidad que la compañía viene trabajando: ofrecer un producto formal, bien diseñado y respaldado, en una ciudad donde la tierra puede transformarse en entornos de alto valor.
Urbanizadora cuenta además con el respaldo de un fondo de capital privado canadiense con presencia activa en los principales mercados de Latinoamérica, enfocado en proyectos residenciales que impulsan la modernización urbana y contribuyen al desarrollo sostenible de las ciudades.

Malecón 30: valor para el entorno
La decisión de iniciar operaciones en Lurín responde a un análisis exhaustivo del suelo. El distrito ofrece una ubicación favorable, disponibilidad de terrenos con buena escala y una demanda creciente por espacios formales, tanto residenciales como comerciales. Allí nace Malecón 30, un proyecto de 20 hectáreas diseñado bajo un solo objetivo: generar valor desde la gestión y el diseño del suelo:
- 11 hectáreas en lotes residenciales frente al mar.
- 9 hectáreas en macrolotes para comercio, industria ligera y servicios.
Cada zona responde a una lógica de mercado real y a una visión de desarrollo ordenado. Malecón 30 demuestra que cuando se planifica adecuadamente, la tierra no solo gana valor, sino que crea comunidad.
Para Mirko Kresevic, gerente general de Urbanizadora, el mensaje central es claro: “nuestro compromiso no es solo entregar lotes, sino construir entornos que funcionen y generen valor sostenible para las familias y el entorno«.

Un enfoque diferente: crear valor desde la tierra
En un contexto donde gran parte del sector inmobiliario se enfoca únicamente en construir, Urbanizadora decide ir un paso atrás, apostando por el diseño del suelo como el origen de todo. La premisa es clara: la tierra puede convertirse en un activo de alto valor si se gestiona con una mirada técnica, responsable y orientada a crear entornos de valor.
La compañía cuenta con un equipo técnico que domina cada fase del proceso, desde la adquisición del terreno y el diseño urbano, hasta la habilitación y comercialización. Esa experiencia les permite ofrecer lotes que funcionan, pensados desde su diseño.
Por otro lado, cuentan con una estrategia de comunicación omnicanal, diseñada para asegurar que la visión de marca —crear valor desde la gestión óptima del suelo— se transmita de manera coherente, integrada y centrada en el cliente.
Kresevic señala que: “Urbanizadora no vende metros cuadrados; crea valor desde la tierra, con una mirada técnica, responsable y orientada a entregar proyectos formales que respondan a las necesidades reales del cliente”.
Este enfoque es el diferencial de la marca dentro del rubro, Urbanizadora entiende que el terreno no es únicamente un recurso, sino el activo central que define el proyecto. Cada decisión, —desde la configuración de los lotes hasta su ubicación dentro de la urbanización— se orienta a potenciar el entorno y garantizar que el producto funcione por sí mismo.
«No replicamos modelos ni hacemos proyectos genéricos; analizamos cada terreno según su contexto, convirtiendo la tierra en un activo que genera valor real en el tiempo. Esa mirada técnica, responsable y orientada al cliente nos permite asegurar desarrollos formales, bien planificados y con estándares claros de sostenibilidad y convivencia”. concluye Kresevic.
Con Malecón 30 —próximo a convertirse en su primer gran hito— reafirma su compromiso con diseñar proyectos que no sólo respondan a la demanda, sino que construyan comunidad y aporten al desarrollo sostenible.
Hoy, además de avanzar en Lurín, Urbanizadora trabaja con la adquisición de un nuevo terreno en Carabayllo, el cuál cuenta con una inversión inicial de más de US$9 millones, bajo una planificación de desarrollo similar: una urbanización con lotes y macrolotes. Este siguiente desarrollo en Lima tiene como fecha de lanzamiento el segundo trimestre del próximo año.
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