La empresa tabaquera comenzó una disputa legal en el 2010 que le costó 7 millones de dólares y a su vez transformó el marketing de cigarrillos
Conforme pasa el tiempo evolucionan las sociedades, los gobiernos actualizan sus leyes, el mercado cambia y la publicidad no está exenta de sufrir estas calamidades, tal es el caso de la industria tabaquera que luego de vivir tiempos como los más acaudalados anunciantes ahora sus estrategias se han visto fuertemente afectadas por las políticas de salud en contra de estos productos, una situación que desembocó en la disputa legal entre Marlboro y el gobierno de Uruguay.
En el 2010 Philip Morris Internacional interpuso una demanda en contra del gobierno de Uruguay, por dos medidas que este país interpuso en el control del tabaquismo, la primera se trató de colocar advertencias gráficas en el 80% de la presentación del producto, con el fin de visibilizar las consecuencias del consumo de tabaco; la segunda y la más importante, a partir de entonces la industria tabaquera debía limitarse a una sola variedad o marca de cigarro, con el fin de eliminar la idea de que alguno de estos productos era menos dañino que otro.
La industria exigía a resumidas cuentas una compensación por parte del estado uruguayo de 25 millones de dólares, algo que se volvió en su contra puesto que el resultado de esta disputa legal obligó a Philip Morris Internacional a pagarle 7 millones de dólares a Uruguay para cubrir los gastos generados al país. Se podría decir que decirrta forma ganó el bien, puesto que el consumo de cigarrillos en el país sudamericano de redujo considerablemente gracias a estos esfuerzos.
Pese a este oscuro pasado, Philip Morris intento lavarse la cara en el 2018 lanzando una campaña que invitaba a los consumidores de tabaco a abandonar el cigarrillo tradicional y lograrán a la compra del electrónico, algo que sus detractores más agresivos calificaron de hipócrita.