También conocida como publicidad exterior, esta estrategia ha sido clave para que reconocidas marcas globales alcancen sus objetivos, gracias a sus diversos formatos y ubicaciones estratégicas que maximizan la visibilidad.
La publicidad exterior ha sido históricamente una herramienta poderosa, pero siete campañas recientes han llevado esta estrategia a nuevos territorios, desafiando normas y generando un impacto global. Desde camisetas manchadas de barro hasta nieve convertida en espacio publicitario, estas iniciativas rompieron el molde para conectar con audiencias de forma memorable.
En Brasil, «Muddy Jersey» de Adidas y el Sport Club Internacional convirtió el dolor de las inundaciones en protesta y solidaridad. Camisetas con barro real lograron 2.6 mil millones de impresiones, 15 millones de dólares en recaudación y posicionaron la creatividad como catalizador de cambio social. Fue una jugada maestra de House of Creativity.

Australia brilló con dos campañas audaces. «Do You Not Like Money?» de Vanguard transformó una simple pregunta callejera en un fenómeno financiero: aumentaron las inversiones en pensiones en un 18%. Mientras que «Gold for Australia» de XXXX celebró en tiempo real cada medalla olímpica, generando un ROI del 699% con una ejecución tan patriótica como efectiva.

Adidas también deslumbró en Emiratos Árabes con «The Desert Runner», instalando una figura real en el desierto, sin efectos digitales, para homenajear a los corredores locales. Se convirtió en el contenido más viral de la marca en 2024, incrementando el interés en el running en un 350%. Una prueba de que lo real sigue ganando.

En otros rincones del mundo, la nieve finlandesa fue soporte publicitario en «Snow Media», Don Julio cedió su espacio en los Oscar tras incendios en LA, y Cheestrings lanzó un mensaje provocador contra los aranceles estadounidenses. Estas campañas no solo captaron miradas, sino que también generaron impacto social y cultural, redefiniendo qué puede ser una valla publicitaria.