Fuente: Punto de Marketing
Existen casos emblemáticos de marcas amadas como lo son Harley Davidson, Coca Cola, Disney o Apple. Estas marcas están en el “Top of Heart” de sus consumidores y shoppers. ¿Cuál es el beneficio? La ventaja de estar en esta posición es que tienen una legión de defensores, embajadores y apóstoles de la marca. Esta legión de “incondicionales” son un activo privilegiado de la marca.
Pero todas las categorías tienen sus marcas más amadas porque el amor tiene grados y es comparativo. La pregunta sería, ¿cuál de estas marcas es la que amas más en esta categoría? Si la respuesta es: ninguna; hay una gran oportunidad de mercado para hacerse de este título. Toda marca fuerte debe de buscar estar en este preciado lugar del primer puesto en el ranking del corazón.
¿Cómo logramos esto? Las experiencias son el camino ideal que nos lleva a conquistar emociones. La sensualidad de nuestras marcas, es decir el tener la capacidad de impactar en los cinco sentidos, es una de las claves en este proceso. Hay una frase que dice: “Las personas olvidan los que hiciste y lo que dijiste, pero nunca olvidan como las hiciste sentir”.
No es lo mismo ser conocido que ser amado. ¿En que reside la diferencia cuando hablamos de marcas? Simplemente que una es la mención de la memoria y la otra la mención del corazón. Por esto, actualmente estar en el “Top of Heart” se convierte en la principal manera de construir marcas fuertes y sólidas en el tiempo. No ser amado es correr el riesgo de desaparec.er ante el primer tropiezo o cambio de vientos
Kevin Roberts, director de Saatchi & Saatchi, creó hace unos seis años el término lovemarks y de esta manera hizo explicita esta frontera entre ser conocido y ser amado. Las lovemarks nos remontan a nuestros recuerdos de infancia, hacia nuestras primeras aventuras de adolescentes, a esos momentos donde la marca estuvo presente en las experiencias que vivimos.
Una marca debe de crear emociones para generar sentimientos. Los sentimientos son la impresión continua y consistente de las emociones. Un constructor de marcas permitir a su marca ser libre, un poco más humana y bastante más independiente. Sólo así lograremos que las personas se conviertan en apóstoles de nuestras marcas.
Un embajador de marca la recomienda, la engrandece, muchas veces perdona las pequeñas fallas, y la defiende ante comentarios que van en contra del producto. Un ejemplo de esto fue cuando el iPhone 6 tuvo una falla en diseño y se doblaba en la parte del control de volumen. En ese momento salieron muchas personas a atacarlo, pero al mismo tiempo salieron muchos más usuarios amantes de la marca a defenderlo. Eso es ser una marca amada.
Según Roberts, el ser una marca amada es generar lealtad más allá de la razón. Por esto, todas las marcas deben de trabajar el lado experiencial de sus actividades, creando emociones, conquistando una parte de esa escalera al corazón.
Cuando una marca está en el “top of heart” de las personas todo gira en la dirección correcta. El poder del contexto,