La tradición del consumo de jugo de naranja en el desayuno surgió por campañas de marketing para controlar la sobreproducción de la fruta en California y Florida a inicios de 1900. En 2021, las ventas de jugos envasados en EE. UU alcanzaron los 5.500 millones de dólares.
Diversos hábitos de consumo han sido pauteados por el marketing. El clásico jugo de naranja que acompaña el desayuno, por ejemplo, es un exitoso resultado de la mercadotecnia. El origen de esta tradición se remonta a Estados Unidos a principios del siglo XX, cuando la producción de naranjas de Florida y California era demasiada para el mercado. ¿Cómo se convirtió el jugo de naranja en un elemento tradicional del desayuno?
Durante los primeros años del siglo XX, las localidades de California y Florida de Estados Unidos se enfrentaban a una problemática de sobre producción de naranjas. Como las especies se prestaban muy bien para la elaboración de jugo, cuando los productores quisieron enfrentar el problema, supusieron que se podrían comercializar en jugo.
La idea era factible y buena en líneas generales. Sabían que los compradores consumían la fruta entera o en jugo. Pero la presentación en lata no correspondía a una apariencia fresca y no despertaba el deseo de los consumidores. La historiadora Alissa Hamilton señala que en 1930, una persona solo consumía una cucharadita de jugo de naranja enlatado. A diferencia de los, aproximadamente, 8.6 kg de naranjas consumidos por persona.

¿Cómo convencer a la población de consumir jugo de naranja?
Durante la década de 1920, las naranjas estuvieron en el foco de intensas campañas publicitarias. ¿Por qué? El descubrimiento del valor de las vitaminas las puso en el foco de la atención pública. Sin embargo, fue la declaración del bioquímico Elmer McCollum, quien declaró que la enfermedad acidosis se curaba consumiendo jugo de naranja, la que empujó la creatividad de los publicistas y marketeros.
«Estelle parecía carecer de vitalidad; ni siquiera se esforzaba en ser entretenida; por lo tanto, no atraía a los hombres… ‘Acidosis’ es la palabra en la boca de casi todos los médicos modernos. La cura es simple: consumir naranjas en cualquier forma y en cada oportunidad posible», decían los anuncios, según la escritora Adee Braun. Luego, el descubrimiento de su aporte de vitamina C empujó las ventas.

Jugo de naranja envasado para el desayuno familiar
La popularidad del juego de naranja envasado se hizo realidad cuando los fabricantes agregaron fórmulas como aceites y esencias para dar la misma sensación que el jugo fresco. Ya en 1940, las plantaciones de árboles de naranja aumentaron. Jhon McPhee, en su libro Naranjas cuenta una reveladora anécdota sobre el valor que se le daba al jugo de naranja envasado.
“Nunca hubo solicitudes de jugo de naranja fresco, explicó la camarera, aparentemente sin pensar en el que acababa de hacer”, cuenta McPhee sobre la vez que pidió jugo recién exprimido en un hotel de Florida hace más de 50 años atrás. «Fresco es demasiado ácido o demasiado aguado o demasiado algo. Congelado es lo mismo todos los días. La gente quiere saber lo que está comprando«, fue la explicación de la camarera.
El jugo de naranja como una tradición en el desayuno ha sido cuestionada por no considerársele natural. Sin embargo, el estilo de vida ajetreado ha convertido este producto es una alternativa infaltable en el hogar. «En un día cualquiera (con naranjas y mandarinas juntas), el 5 % de los estadounidenses consumirá una naranja fresca», concluyó un informe de USDA hecho en 2003. «El 21 % consumirá jugo de naranja», reveló.
