Renzo Lobato, comunicador y publicista, CEO fundador de Rock Achorao’ y miembro del equipo de Festival Perú Central, brinda algunas recomendaciones para generar nuevas experiencias en los eventos musicales.
Hasta hace unos años era impensable que bandas de talla internacional como Muse, The Strokes y Keane se presentaran en Lima o que se descentralizaran grandes festivales a lo largo y ancho del Perú, pero los tiempos han cambiado para la industria musical en nuestro país.
En el Perú, el total de ingresos por música fue de USD 24 millones en 2019, subiendo un 18.9% de los USD 20 millones conseguidos en el 2018, de acuerdo con el Global Entertainment & Media Outlook 2020-2024 de PwC. En el mismo año, Warner Music Group abrió una nueva afiliación en Perú con el fin de buscar nuevas oportunidades tanto con los artistas ya presentes como para desarrollar el talento local.
El mismo estudio, publicado el año pasado, estima que para el 2024 la industria musical y radial en el Perú moverá USD 201 millones, con una tasa de crecimiento promedio anual del 5.57%.
Este 2022, el sector ya empieza a reactivarse con los conciertos de Coldplay, Kiss, Harry Styles y con festivales como Selvámonos, Afuera Fest, Skillbea Fest, entre otros.
En medio de la nueva realidad, los organizadores de estos eventos necesitan adoptar nuevas estrategias de marketing para captar al público y brindar una nueva y mejor experiencia. Renzo Lobato, comunicador y publicista, CEO fundador de Rock Achorao’ y miembro del equipo de Festival Perú Central, brinda algunas recomendaciones.
Adoptar actividades novedosas
En el Perú y en otros países de América Latina —asegura Lobato— se está empleando la palabra festival para denominar a un “maratón” de conciertos y no para el espacio en el que el consumidor puede tener diversidad de actividades, como visitar ferias, participar en conversatorios, comer, jugar, descansar y más.
“Un buen ejemplo de festival es Selvámonos, donde se tiene dos escenarios con temática distinta, un domo con música electrónica, oferta culinaria variada, entre otros elementos que enriquecen la experiencia. Es muy diferente a lo que pasa en el Vivo x el rock, donde la única comida que tienes es choripán y cerveza, si tú eres vegano, te mueres de hambre porque no hay más opciones, además de que no hay nada más que hacer que escuchar música en vivo”, sostiene.
Por ello, como parte de la innovación, Lobato recomienda empezar a adoptar nuevas actividades dentro de los eventos musicales con el fin de ofrecer un servicio novedoso.
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Buscar nuevos espacios
“Cuando hablamos de música independiente en Lima, hablamos de 3 puntos específicos: Barranco, Miraflores y el centro de Lima. En estos puntos circulan la mayoría de artistas, pero nos hemos olvidado de los demás puntos de Lima como Comas, San Juan de Lurigancho, etc. Yo soy de Lima Sur y pensé que en un momento los artistas de mi barrio iban a empezar a tocar en Barranco y Miraflores y los que ya tocaban en estos lugares necesitarían encontrar otros espacios porque debe ser aburrido cantar siempre en el mismo lugar y para el mismo público, ahí es cuando iban a empezar a desplazarse a estas zonas”.
Cuando Renzo identificó esta oportunidad, empezó a buscar espacios óptimos para realizar un festival en Villa María del Triunfo, pero no los encontró, así fue como decidió tomar otros lugares como plazas, parques, bibliotecas, centros comunales y casas.
Justo en una casa es donde nació Pánico en el techo, festival que se creó junto a la banda Ciudad Pánico y que buscaba crear puentes entre los demás circuitos comerciales de Lima.
“En el patio de la casa se hacía el concierto y aquí mismo estaba la barra. Teníamos una habitación con una feria de productos independientes, en otro cuarto habilitamos una zona de juegos, en otro espacio había una zona de networking y así fuimos llenando todo con diferentes actividades”, recuerda Lobato.
Elegir la mejor estrategia de comercialización
Cuando se lanza un nuevo producto o servicio, se debe elegir la mejor estrategia de comercialización valiéndose de variables como valor, precio, promoción, distribución y calidad.
Lobato, quien también se encargaba de esta gestión en el festival Pánico en el techo, decidió elegir la estrategia de penetración lenta porque al tratarse de un servicio nuevo, lo mejor era ofrecerlo a un precio bajo que estimulara una rápida aceptación.
“Había que lograr que la gente pague por bandas que jamás han escuchado en su vida, así que el plan fue replicar lo que hacen los chinos: ofrecer muy buenas cosas a precios muy reducidos. La primera entrada de Pánico en el techo fue dos soles, lo que queríamos era atrapar a esa persona que va por curiosidad y ofrecerle una gran experiencia, logramos recibir a 150 personas, pero solo esperábamos 80”.
En la siguiente edición la entrada subió a S/ 5 y se duplicaron los asistentes.
“La gente hizo muchas historias y compartió el evento en redes sociales, las bandas que nunca habían tocado en Lima Sur hablaban muy bien el festival y recomendaban a las demás bandas que tenían que empezar a desplazarse”.
El festival tuvo tan buena acogida que para la tercera edición se presentaron bandas consagradas del circuito independiente, como Gala Briê, Autobús, Planeta No, de Chile, Valdes, de Argentina, entre otros.

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Llamar a aliados
Lobato enfatiza en la importancia de tener aliados y marcas que apoyen los conciertos y festivales.
“Los aliados son los medios digitales y las marcas interesadas en colaborar y apuntar al mismo segmento. Estas últimas participan de dos formas: con canjes, es decir, te dan productos para que los distribuyas en el lugar, o te dan dinero. Usualmente sucede lo primero, una marca como Jägermeister, con la que ya hemos trabajo, te dice que te instala una barra libre para los artistas y tú difundes la marca”, finaliza el publicista.