Los influencers virtuales se caracterizan por una vida rodeada de lujos y glamour, una imagen que atrae la atención de los usuarios. Su éxito radica en su apariencia realista y en la manera en que interactúan con sus seguidores.
La inteligencia artificial ha transformado diversas industrias y profesiones, y el mundo de los influencers no es la excepción. Lo que en un principio parecía una amenaza lejana, ahora es una realidad inminente que puede cambiar el panorama de las redes sociales y el marketing digital. La llegada de influencers virtuales, creados completamente por IA, ha despertado el interés de los usuarios y podría poner en peligro los puestos de trabajo de los creadores de contenido reales.
El auge de los influencers en las redes sociales ha sido un fenómeno sin precedentes. Estos creadores de contenido constituyen un negocio de publicidad y marketing ya que colaboran con marcas para promocionar productos ante sus seguidores. La palabra «influencer» no es casualidad, ya que tienen un poder real sobre su audiencia, que toma decisiones de compra basándose en sus recomendaciones.
Sin embargo, la IA ha llegado pisando fuerte en este terreno al desarrollar influencers virtuales, seres completamente artificiales, que han impactado a los usuarios y generado reacciones sorprendentes. Estos influencers virtuales se caracterizan por una vida rodeada de lujos y glamour, una imagen que atrae la atención de los usuarios. Su éxito radica en su apariencia realista y en la manera en que interactúan con sus seguidores.
Dos herramientas de IA, Stable Diffusion y Midjourney, han sido clave en la creación de imágenes realistas para estos influencers virtuales. Un ejemplo destacado es Milla Sofía, una influencer ficticia de 19 años de Helsinki, Finlandia, que ha acumulado miles de seguidores en plataformas como Instagram, TikTok y Twitter. La vida ficticia de Milla, llena de destinos paradisiacos y atuendos provocativos, ha captado la atención de numerosos usuarios, generando una base de seguidores considerable.
La cuestión es si estos influencers virtuales podrán llegar a reemplazar por completo a los creadores de contenido reales. Aunque las imágenes sean falsas, la apariencia realista y el estilo de vida que proyectan pueden ser suficientes para atraer a una audiencia ávida de entretenimiento y novedad. El éxito de Milla Sofía muestra que el atractivo de la fantasía y el lujo puede ser igual de poderoso que la autenticidad y la realidad.
Este nuevo escenario plantea un reto importante para los creadores de contenido reales y para las marcas que trabajan con influencers. Deberán encontrar formas de destacarse en un entorno cada vez más saturado de contenido artificial y descubrir cómo conectar con una audiencia que está siendo cautivada por lo irreal.