Con cuatro campañas estratégicas, la marca dejó atrás el enfoque centrado únicamente en producto para construir un territorio emocional que conecta con la cultura social peruana y genera nuevas ocasiones de consumo.
Hablar de unión en un contexto tan cambiante como el peruano no es sencillo, pero Braedt encontró en ese territorio un eje capaz de sostener un año completo de comunicación coherente y relevante. En 2025, la marca no solo amplió sus puntos de contacto, sino que diseñó campañas que dialogaron con diferentes momentos del calendario social, manteniendo un hilo conductor claro: el valor de juntarse.
Este giro estratégico permitió que Braedt se alejara del discurso transaccional y se acercara a una mirada más humana, donde cada producto funciona como un facilitador de experiencias. Así, construyó un propósito que trasciende la mesa y se instala en la vida cotidiana de sus consumidores.
Braedt y el propósito que atraviesa todo el año
La primera gran activación llegó con la campaña escolar “El Recreo Juntos Sabe Mejor”, una propuesta que puso el foco en la importancia del recreo como espacio de integración. Sin recurrir a fórmulas tradicionales, la marca elevó la conversación hacia lo emocional e impulsó a las familias a ver la lonchera como una oportunidad de conexión entre niños.
Meses después, Braedt apostó por uno de los rituales más queridos del país: el choripán. Con “Abril, Mes del Choripán”, la marca activó una campaña 360° que convirtió este clásico parrillero en el centro de experiencias compartidas en casa, en eventos y en comunidad, reforzando su presencia en situaciones espontáneas y cotidianas.
La conversación evolucionó con “Por Amor al Queso, ¡Juntos Sabe Mejor!”, donde la marca integró de forma natural su línea de quesos a su ecosistema comunicacional. Esta acción abrazó a una comunidad creciente de consumidores apasionados por este producto y mostró la complementariedad entre sus categorías, expandiendo el rol de Braedt en la cocina diaria.
El cierre del año llegó con “Donde hay junte, está Braedt”, una campaña que recogió un insight profundamente peruano: no hace falta un evento especial para reunirse. El junte ocurre en cualquier momento, y la marca buscó inspirar precisamente esa espontaneidad que caracteriza a muchas dinámicas sociales del país.
A lo largo de estas iniciativas, Braedt logró convertir “Juntos sabe mejor” en algo más que un slogan; lo transformó en una declaración de intenciones. De esta forma, la firma demostró cómo una marca tradicional puede reinventarse sin perder autenticidad y construir un propósito que impacta en consumo, recordación y comunidad.










